martes, junio 30, 2015

Hipótesis sobre el amor




 El amor eterno es una de ambiciones que tenemos los seres humanos. Parte de nuestra cultura se basa en esa posibilidad. Hacemos rituales donde lo exponemos como un logro adquirido y no solamente como probable. Luego, en ocasiones cada vez más habituales, los vínculos desaparecen y no en pocas situaciones lo hacen con comportamientos que muestra todo lo opuesto al amor que pregonamos. El amor eterno termina durando lo que dura un idilio romántico, una aventura fugaz o, quizás, un parte importante de la vida pero lo cierto que la eternidad añorada queda acotado entre un comienzo pleno y un final de pena.
Frente a ello me pregunto: ¿existe el amor eterno? Si, muchos afirmarán a boca de jarro que sí. Aun aceptando que sea así, está claro que no siempre el ser humano acierta cuando dice que es un amor eterno. La historia general y la cotidiana lo prueban. Entonces, cabe una segunda pregunta: ¿nos equivocamos, nos mentimos o simplemente somos tan ingenuos?
Es decir, ¿realmente sabemos que un amor, aun el más profundo y único será eterno o le ponemos el título porque “queda lindo”? Personalmente creo que un amor puede ser eterno tanto como creo que no es tan común. Que la mayoría de las personas dicen que un amor es eterno mucho antes que realmente puedan saberlo. Como también creo que es paradójico pero real que, en ocasiones, muchas  de las relaciones que duran una vida no incluyen el amor para que dure y que otras relaciones, aparentemente pasajeras, se mantienen vivas por un amor que no tuvo oportunidad de demostrar su existencia.
Si, creamos en el amor eterno como una opción humana pero nos conformemos con el aún vigente verso de Vinicius de Moraes (1960), en su soneto de la “fidelidade”: Eu possa me dizer do amor (que tive):/ Que não seja imortal, posto que é chama /Mas que seja infinito enquanto dure.

Si pensamos así, tal vez, logremos hacer que la magia dure el tiempo suficiente para disfrutarla cada día, para encenderla muchas noches y para vivirla en tantos momentos.

miércoles, junio 10, 2015

Imagina

"Imagine" decía Lennon y antes que él, con otra poesía, lo pensaban muchos seres humanos, y luego, varios más, aún sin poesía, sino con prosa pura y dura, lo sigue haciendo. 
Imaginar un mundo mejor, un mundo que merezca la pena  de ser vivido cada instante forma parte de nuestro andar. Imaginar, por ejemplo, un mundo que no atropelle al que se cae. Un mundo donde podamos ser más felices en lo cotidiano; ser más uno mismo en lo interrelacional, ser más creativo en nuestras tareas y que eso sea estimulado. Sí, todos y todas, imaginamos en algún momento –otros, ¡qué suerte!, siempre- un mundo mejor. Intentan construirlo, describirlo, anunciarlo, desearlo. Utilizan para ello lo que pueden y, muchas veces, son los artistas –ciertos artistas, nunca todos- quienes lo muestran o lo hacen notar.
Sin embargo, cada intento de imaginar algo mejor siempre fue sucedido por renovadas ansias de crueldad de otros seres humanos. Como un círculo perfecto, constante e inevitable. Sin posibilidad de ahorrar la parte nociva, la otra cara de esa moneda. De un lado, la imaginación que toma el poder, con intentos sufridos y logrados de hacer realidad lo que se imagina; del otro lado, formas diversas de hacer daño, de destruir, de renegar de nuestra imaginación positiva.
Esta dualidad que, simbólicamente, la llamemos cielo/infierno cohabita en nuestra humanidad como una marca indeleble de nuestra especie. Estamos orientados a la libertad, a la felicidad, a lo bueno y estamos condenados, para ello -¿por ello?- a hacer frente a esa otra cara de la moneda.
I have a dream, decía una persona que fue asesinada. Parecería que en ese caso, por ejemplo, la segunda cara de la moneda “ganó”. Creo que no, personalmente. Porque la muerte –nuestra inevitable realidad humana- no impidió que ese “dream” continúe siendo válido y que por ello, lo sigamos imaginando posible.
La política es, sin dudas, una forma de imaginar algo mejor, algo que incluya el bien común, ¿serán los políticos -o algunos de los que ejercen de ello- quienes se encargan de afectar ese sueño?, nos preguntamos muchas veces y otros, en ocasiones, lo afirmamos. Lo cierto que se construye los sueños que podemos imaginar, desde el deseo, pero luego, para hacerlos realidad sólo se puede construir desde la realidad. Ver los problemas, pensar en los responsables de esos problemas, procurar soluciones que vayan más allá de las expresiones de deseo, es uno de los caminos posibles. 
Lo cierto sigue siendo que nada ni nadie nos puede quitar el seguir imaginando, aunque a veces las fuerzas para hacerlo se agoten, aunque los demás aún puedan hacer mucho para evitarlo. Pero, aún cuando estamos cansados, tal vez un poco deprimidos, tal vez, hastiados que lo mismo siempre gane, que las reglas de juego sean pro-poder, que nos cueste un poco más el pensar real esos sueños que imaginamos. Aún allí, habría una persona, que su mirada, su sonrisa, su recuerdo, su necesidad, su tristeza, su alegría, su vida, su muerte, su deseo, su "cualquier cosa", nos invite, nos obligue a resistir en la imaginación, para intentar una realidad un poco mejor. y, como siempre, también nosotros podemos ser esa persona para los demás. 
¡Resistamos! Aún recemos esa oración profana, "imagine"

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