martes, marzo 08, 2016

El día de la mujer

Carta abierta para mi hijo sobre el día de la mujer

Hoy 8 de marzo es un día raro, porque se junta, en esta jornada, tristeza y alegría. Tristeza porque se recuerda un hecho muy doloroso: que mujeres trabajadoras fueron asesinadas por reclamar por sus derechos: no sólo genera tristeza, sino mucho dolor. Del otro lado, es un día que nos genera una cierta alegría porque también celebramos que hoy, muchas personas trabajan, luchan, consiguen y caminan hacia una verdad que funda nuestra humanidad: que todas las personas son iguales en sus derechos y que fomentarlos, defenderlos y promoverlos es una obligación permanente. Por más que dure una eternidad comprenderlo y conseguirlo
Ahora bien, querido hijo mío, no te quiero escribir sobre las maravillas que puede tener una mujer. Tú, lo sabes por tu madre, por tus abuelas y por esas mujeres que, día a día compartes actividades; además, sin dudas, lo seguirás descubriendo en cada momento de tu vida. Este “día de la mujer”, quiero que sepas, no es para evocar esas maravillas. Tú lo sabes bien, para celebrar todo eso están todos los días del año. A las personas que te acompañan, ayudan, colaboran, aman hay que celebrarlas todos los días. Sólo un tonto sería capaz de esperar un único día para alabar las virtudes de quien comparte el día a día. Los mimos se deben dar todos los días. No, el día de la mujer no es para eso específicamente. Es un día en el que debemos recordar que aún estamos en una lucha esencial. La lucha para conseguir que el derecho a ser, innato a toda persona, sea algo que no debiera depender de nadie ni de ninguna circunstancia. El día de la mujer es, querido hijo, un día para recordar lo que hemos trabajado, cada día que ha pasado, para superar años de discriminación, violencia y negación y, también, para comprometernos en seguir haciéndolo aún mejor.

Si, hijo mío, el día de la mujer es para recordar que seguimos avanzando como humanidad en la medida que somos capaces de darnos cuenta que el camino lo hacemos “golpe a golpe” (como dice un poeta que ya descubrirás); un día para recordar que las conquistas sobre la barbarie, sobre la ignorancia, sobre la violencia (hoy la resumamos diciendo “sobre el machismo”) es cotidiana, es permanente, es activa y, por lo tanto, surge de nuestras convicciones, de nuestras decisiones, de nuestros sentires.
Querido hijo, ojalá, el día de la mujer sea para ti ese día en el que comprendas y te comprometas siempre con un hecho bastante simple: la medida de nuestra humanidad está asociada directamente al valor y al esfuerzo que damos para que el otro tenga el mismo derecho que tú tienes: a ser educado, a ser autónomo, a ser libre, a ser amado, a vivir libre de toda violencia. Te aseguro que si cada día puedes tener este norte y hacer algo, aunque sea mínimo, entonces, todos los días tendrás ocasión de festejar la dicha de ser humano y de avanzar hacia una mejor humanidad.
Por ello, hijo mío, espero que cada día puedas descubrir un poco más, un poco mejor que nuestro mejor desafío siempre será el de construir un mundo de inclusión, un mundo que nos albergue a todos y a todas, con las mejores condiciones de vida posibles. Ser humano, en definitiva, es ver al otro siempre como un igual y actuar en consecuencia.

Te quiero siempre feliz y para ello, estoy convencido que la lucha contra el machismo en cualquiera de sus formas es una de las formas de soñar un mundo mejor para vivir, para todos y para todas, mi querido hijo.

lunes, marzo 07, 2016

Día de la mujer


No hace falta insistir –confío- que el día de la mujer no representa una festividad romántica sino una conmemoración de lo mucho que se avanzó sobre la equidad de derechos entre varones y mujeres y un recordatorio, como un lastre, de lo mucho que falta hacer aún. Es verdad que no es una fiesta pero sí que se puede festejar como un logro que haya un 8 de marzo que permita visualizar, aún más, los pasos que hemos dado.
El 8 de marzo es, valga recordarlo, un aniversario del día donde se mataron a mujeres que luchaban por una nimiedad, parecería ser en la actualidad y en ciertos lugares, derechos laborales mínimos. Así, este día se invita a hacer una reflexión intensa sobre lo que aún falta andar. Quizás sea importante, por eso, recordar que los día de la mujer, desde hace unos tres años tienen un tema central. El tema del Día Internacional de la Mujer 2013, está centrado en la Violencia contra la mujer, que sigue siendo la plaga más lamentable, tremenda, expandida y que resolverla aún depende de los seres humanos únicamente. Así, el tema tiene como lemas: “Una promesa es una promesa: momento de pasar a la acción para acabar con la violencia contra las mujeres”.


Sin embargo, también es un día para permitirnos el homenaje. Allí el recuerdo aparece como inevitable a esas mujeres que impregnan nuestra vida. Porque batallan, porque trabajan, porque apoyan, porque resisten, porque nos sonríen, porque marcan caminos, porque ofrecen lugares, porque están, porque sufren, porque curan, porque son como son y con ello nos permitimos ser un poco más todos. Por ello, también los invito a escuchar y ver esta canción que este año se lanza por este 8 de marzo en http://song.unwomen.org/es

viernes, marzo 04, 2016

Día de la mujer

En este día se conmemora el retraso como humanidad en reconocer derechos e instaurarlos para toda la humanidad. Se recuerda, además, que se cometieron delitos bajo la falacia de la dominación masculina. El día de la mujer se instauró para celebrar que se comenzó a trabajar de forma específica, decidida y activa para conseguir que nuestra humanidad sea justa.
Este día no es sobre las virtudes de la mujer, es sobre la lucha para asumir totalmente que los derechos de las personas son de todos y de todas. Es verdad, se ha avanzado mucho. Pero estábamos muy atrás en el camino hacia una única verdad: todo ser humano tiene derechos innatos que deben ser defendidos, promovidos y exaltados.
En este día de la mujer, aún con tantas cosas conseguidas, porque es bueno saberlo, se reconoce que queda mucho por hacer. Aún hay mucho trabajo para lograr la equidad. Personalmente, sostengo un tema como ineludible, sin negar ninguno de los que se promueven para hacer la diferencia en esta temática. Hoy, día de la mujer, vuelvo a insistir sobre la necesidad de concretar una educación sexual integral (tal como la expresa la ley 26150 del país). Esto no sólo es una obligación legal sino uno de los caminos más concretos para avanzar hacia una sociedad más justa, equilibrada y que aspire a eliminar al machismo que tanto denostamos.

La falta de una educación sexual integral concreta, eficaz y permanente es una de las deudas que tenemos. Porque hacerla implica avanzar por el camino más prometedor para conseguir esa utopía que tantos imaginamos: “promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres y mujeres –¡sí!, agregué- del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”.

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