Por Shiri Bibas y tantas otras personas
La humanidad surge por dos procesos de amplia complejidad, cargado por datos biológicos bastante estudiados y complejos (hominización) y por una red de subjetividades y biografías enriquecidos por vivencias que no es magia sino una realidad concreta de procesos históricos (macro y micro), como también de un mundo universal traducidos en espacios culturales donde la paradoja y la complejidad nos crea un espacio que también tiene mucha experiencias, estudios y avances. Lo que se conoce como proceso de humanización
Ese proceso
de humanización de alta complejidad se manifiesta a través de tres hechos
definitivos de la especie:
1. La alteridad
2. La diversidad
3. La comunicación
Sobre esos
tres elementos interactuamos, construimos, producimos, evolucionamos, somos
buenos, caritativos, creativos, empáticos, cálidos y más, pero también, a pesar
de muchas personas, dominamos, destruimos, invisibilizamos, involucionamos,
somos perversos, crueles, ingratos, denigrantes, impedimos y nos hundimos como
especie.
Los
Derechos Humanos son la conciencia libre, soberana, sincera, razonada,
argumentada (hasta más allá de cualquier dura razonable), necesaria y definitiva que tenemos
un bien preciado como especie, que nos debemos como tal, todo el ingenio, la
dedicación y la soberana y revolucionaria decisión de defendernos como especie
de todo lo que atente contra ellos.
Por simple
deducción lógica, la crueldad de cualquier forma, la inequidad que no sea
considerada, la injuticia social tolerada sin tapujos, todo ataque a la
dignidad humana en cualquier de sus formas, colores, olores y cualquier
cualidad que quieran agregar no sólo deja entrever la negligencia como especie,
sino la mala praxis de algunas personas que –porque siempre es así- son más
responsables directamente de ciertos ultrajes.
Los demás
nos podemos sorprender al tomar conciencia de una violación flagrante o por un
gesto que nos interpela gravemente. Pero, lo sabemos pasa muchas veces,
cotidianemente. La revolución necesariara para que los Derechos Humanos sean
tan imprescindibles como especie como el planeta, el aire, el agua potable no
termina porque sigue siendo desde tiempos inmemoriales el verdadero desafío, la
deuda infinita, la esperanza que no debe quedar en simple expresión de deseo.
El momento siempre es ahora.
22/2/2025