sábado, febrero 22, 2025

Como grito y lamento

                                                 Por Shiri Bibas y tantas otras personas

 

 La humanidad surge por dos procesos de amplia complejidad, cargado por datos biológicos bastante estudiados y complejos (hominización) y por una red de subjetividades y biografías enriquecidos por vivencias que no es magia sino una realidad concreta de procesos históricos (macro y micro), como también de un mundo universal traducidos en espacios culturales donde la paradoja y la complejidad nos crea un espacio que también tiene mucha experiencias, estudios y avances. Lo que se conoce como proceso de humanización

Ese proceso de humanización de alta complejidad se manifiesta a través de tres hechos definitivos de la especie:

1.       La alteridad

2.       La diversidad

3.       La comunicación

Sobre esos tres elementos interactuamos, construimos, producimos, evolucionamos, somos buenos, caritativos, creativos, empáticos, cálidos y más, pero también, a pesar de muchas personas, dominamos, destruimos, invisibilizamos, involucionamos, somos perversos, crueles, ingratos, denigrantes, impedimos y nos hundimos como especie.

Los Derechos Humanos son la conciencia libre, soberana, sincera, razonada, argumentada (hasta más allá de cualquier dura razonable), necesaria y definitiva que tenemos un bien preciado como especie, que nos debemos como tal, todo el ingenio, la dedicación y la soberana y revolucionaria decisión de defendernos como especie de todo lo que atente contra ellos.

Por simple deducción lógica, la crueldad de cualquier forma, la inequidad que no sea considerada, la injuticia social tolerada sin tapujos, todo ataque a la dignidad humana en cualquier de sus formas, colores, olores y cualquier cualidad que quieran agregar no sólo deja entrever la negligencia como especie, sino la mala praxis de algunas personas que –porque siempre es así- son más responsables directamente de ciertos ultrajes.

Los demás nos podemos sorprender al tomar conciencia de una violación flagrante o por un gesto que nos interpela gravemente. Pero, lo sabemos pasa muchas veces, cotidianemente. La revolución necesariara para que los Derechos Humanos sean tan imprescindibles como especie como el planeta, el aire, el agua potable no termina porque sigue siendo desde tiempos inmemoriales el verdadero desafío, la deuda infinita, la esperanza que no debe quedar en simple expresión de deseo. El momento siempre es ahora.

 22/2/2025

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