lunes, agosto 18, 2025

Día de la salud sexual

La Asociación mundial para la Salud sexual (WAS) entre sus múltiples actividades, promovió
desde el año 2010 el día de la salud sexual,
con la idea de reunir a personas de todo el mundo para promover la salud sexual, los derechos, la justicia y el placer. Cada año el lema sugerido para trabajar es diferente. En este 2025 el lema es: Justicia sexual ¿qué podemos hacer? Una idea (propuesta de trabajo) fundamental en este 2025 donde en muchos lugares se cuestionan ciertos logros de derechos y se implementan políticas que restringen el acceso a los derechos y, sobre todo, a la salud sexual de las personas. Esta suerte de boicot, claramente perjudica la humanidad, porque, insistimos con una obviedad: la sexualidad atraviesa a las personas en su integralidad siempre.
Para pensar en este slogan, creo fundamental definir la justicia sexual. He propuesto como definición la siguiente: La justicia sexual sería “la intencionalidad en la búsqueda sistemática a nivel discursivo, teórico, legislativo, educativo, policial y sanitario de enunciados teóricos y acciones para promover defender, garantizar y concretar los derechos sexuales en todo contexto social y cultural”.
A partir de comprender la definición –sea esta o la que consideren adecuada- se puede elaborar las sugerencias de lo que se debería hacer en pos de conseguirla como meta colectiva, imprescindible y urgente. Presento siete sugerencias:
1.       Comprender la piedra angular del hecho humano: la diversidad es la riqueza de la humanidad, aunque no todos lo comprendan. Reconocerla, potenciar los derechos de todas las personas está en el centro de toda posibilidad de justicia siempre.
2.       El consentimiento es central para que haya justicia sexual. Favorecerlo está al alcance de todos. Un pequeño elemento, pero axial para la vida cotidiana de las personas. Por eso: Haz lo pequeño para la justicia: ¡promueve el consentimiento siempre!
3.       La educación sexual siempre debe ser non-stop. La empecemos y nunca la terminemos. La educación sexual a cualquier edad garantiza mayor justicia sexual, porque una persona educada sexualmente comprende, antes que nada, que los derechos sexuales son Derechos Humanos y, por lo tanto, su respeto y la actividad por ellos es innegociable.
4.       Los discursos son constructores de realidad al ser una herramienta de poder. Por ello, se debe comprender –en estas épocas de redes sociales- que los discursos sobre la sexualidad nunca deben obliterar a los derechos de la sexualidad. Por esto, seamos cuidadosos con los mensajes de la sexualidad para no generar la paradoja de generar sesgos cognitivos, fake news y daño por promover actitudes negativas. Por eso, es importante recordad que nunca lograremos la justicia sexual sin aplicar un pensamiento crítico que sea activo y, sobre todo, proactivo. Recordando que el pensamiento crítico verdadero siempre debe comenzar sobre lo que decimos, porque los discursos son herramientas valiosas para crear condiciones saludables.
5.       En cada lugar debemos reflexionar sobre los criterios de la justicia sexual que son fundamentales tener, para que sea así, fácil entenderla para la gente no especializada. La justicia sexual es tan amplia como la humanidad. Todos estamos vinculados a la necesidad de su existencia específica y práctica. Por eso comprender que si bien, hay gente que sufre más injusticias y son prioridad, pero siempre nos toca a todos y a todas. La justicia sexual es universal, pero en cada lugar hay prioridades.
6.       Mensajes sobe la urgencia de servicios de salud sexual públicos y gratuitos. Para que haya justicia verdadera, la salud sexual no puede depender de una visión de la sexualidad como cuestión de la riqueza, sino debe ser abarcadora de toda la población. Por eso, son – deberían ser- una prioridad la implementación de servicios de salud sexual universales y accesibles.
7.      
Señalar la importancia de las estadísticas de consultas sobre lo sexual (que no incluya lo reproductivo) para mostrar que lo preventivo si bien es importante no es lo único en la vida sexual). Mostrar la importancia, poner el nombre que corresponde, reconocer los problemas y promover soluciones es un camino para que sepamos que ser sexualmente saludable es algo que nos debemos como personas y como sociedad.
La WAS promovió los Derechos sexuales como Derechos Humanos. Implementar esfuerzos para la justicia sexual no sólo es una continuación lógica, sino una decisión estratégica para avanzar en las utopías urgentes: Porque buscar la justicia sexual no es más que el compromiso con lo que sostiene la esperanza humana, nos merecemos que la dignidad humana, la paz y el placer sean una constante por el solo hecho de haber nacido en este mundo.




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