Basta de discusiones estúpidas y estériles. Lean la ley y comprendan
que ofrece herramientas muy poderosas para esta urgencia de prevención. La ley,
sépanlo, tiene una sola ideología: dar herramientas a las educandos basadas en
el conocimiento, desarrollar en ellos actitudes positivas con uno y para el
encuentro con el otro e incentivar los valores que creemos como sociedad: que
la violencia no es el camino, que la educación debe desarrollar nuestra
capacidad para ser felices y hacer el bien.
Por eso, en este 8 de marzo, vuelvo a exigir esta educación sexual
integral y con ello me sumo a las voces de tantas personas que creen que esta
urgencia de prevención es, hoy, fundamental, y por eso, inaplazable. Dejar de
hacerlo es ya un crimen, puesto que con ella, tenemos más chances que esta
pandemia se reduzca en lo mediato y, tengamos esperanza, que se termine algún
día. Ya no pidamos, ya no discutamos, exijamos la implementación de esta ley.