Año nuevo, viejos deseos pero renovados y, claro está, nuevos deseos
también. Dados por escribir uno sabe que no dice todo pero sabe que vale la
pena el intento. Me aclaro que esta lista no acota mi capacidad de deseo y que
espero con ansias que a la vuelta de la esquina o en cualquier día, un nuevo
deseo se sume.
Deseo el sexo, porque sé que el sexo es una de las formas de encuentro
y de placer que nos produce la dicha de sabernos vivos y universales. El sexo
no es solo eso, sino compartir la intención de descubrir nuevamente lo que ya
hicimos y, tal vez, descubrir que en eso aún hay nuevos senderos. Es desear con
la intención de ofrecer, ofrecer con la intención de entregarse y entregarse
con la intención de estar. Deseo disfrutar más del deseo, orgasmear y lo que más
implica eso que es ofrecerlo. Deseo la magia de intentarlo en la intimidad
compartida siempre.
Deseo estudio, porque estudiar implica estar vivos, curiosos,
interesados, motivados y con ganas de lo nuevo. Estudiar implica leer y leer es
siempre una forma de intentar ver el mundo de otro modo y, a veces, con suerte,
lograr hacerlo y al hacerlo darnos cuenta que la diversidad es un motor y jamás
lastre.
Deseo que no tengamos violencia y sé que es solo una expresión de
deseo que no se conseguirá. Por ello deseo aún más que seamos más voces, más
actitudes, más compromiso para evitarla y para protegernos a todos de ella. Que
seamos capaces de hacer que las victimas nunca se sientan más víctimas con
nosotros. Y ojalá, cuando seamos victimas alguien nos pueda dar la compañía
para sentirnos mejor y recuperar lo que hayan querido arrebatarnos.
Deseo, por eso y por todo, que tengan educación sexual todos y todas
siempre. Lo digo porque estoy convencido que esa educación es la calve para el
presente, para el futuro y para todo. El camino de la felicidad pasa
directamente por allí.
Deseo que la niñez de mi hijo se extienda todo lo necesario y que
luego sepa conservar su manto de infancia permanente aunque, inexorablemente,
se haga un poco más adulto todos los días. Ojalá, entonces, que yo redescubra
la mía cada día, así, siempre tenga el juego, la sorpresa, la ingenua capacidad
de encontrarse, la maravilla de la curiosidad que inhibe el orgullo sin
sentido, la mágica sensación de dejarse sorprender con los detalles que algunos
llaman “tonterías” jamás me abandone.
Deseo que uno pueda cumplir su trabajo y con ello sea retribuido de
una forma justa pero también que al hacerlo uno encuentra la dicha de
concretarlo, y la energía de renovarse. Que alguna vez alguien pueda llamarte
maestro, o “Captain, my captain” y que ello no sea razón de soberbia, sino de
esa simple vivencia de querer hacerlo un poco mejor.
Deseo que el arte no me sea esquivo y que pueda permitirme la riqueza de
poder disfrutarlo y compartirlo. Que sin arte estamos muertos, aunque uno sea
limitado en ello. Porque el arte nos permite la sensibilidad de la humanidad
toda.
Deseo que el baile no se interrumpa, aun cuando falte música. Bailar
como si te viesen y disfrutarlo. Que nada inhiba el deseo de ser feliz y de
expresarse, jamás. Quizás, así puedas generarlo en los demás. La felicidad, lo
sepamos, puede ser contagiosa. Así que deseo humor, del que me hace reír,
aunque no le guste a todo el mundo. Pero que todo el mundo sepa reír de lo que
sea. Que el humor no nos falte para que así también haya más amor. Porque
aunque no lo sepan hay una relación muy estrecha entre ellos.
Deseo que la lectura me acompañe nuevamente. Leer es escuchar cosas
que conocemos, tantas veces, de un modo nuevo, como también descubrir que no
conocemos casi nada y que todo se puede conocer y, es importante decirlo, es
creer que imaginar es más que soñar, es construir senderos que alguien los
recorrerá alguna vez. Deseo que aún pueda escribir, aunque sea repetitivo pero
no ceder en la tentativa de buscar una forma de decir lo mismo de otro modo.
Deseo poder dar gracias porque las gracias es el único modo válido de
agradecer lo que no tiene precio y que termina siendo lo que nos importa
recibir: ternura, cariño, compañía, consejo, escucha, amor, alegría, amistad,
respeto, interés, entre otras cosas.
Así que este 2018 sea una balance excelente entre lo que debemos dejar
atrás, lo que nos va a llegar y lo mejor que siempre tenemos y disfrutemos.
Vamos, comienza el año, no lo desperdiciemos y le saquemos jugo. Los demás
también cuentan con nosotros.
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