revertirlos dado el hecho de que a muchos adultos les cuesta hablar de su vida sexual, incluso con quienes los ven desnudos regularmente, o sea con sus parejas. Entonces, prefieren una mala verdad contada por alguno que uno mismo los ven como especialistas, sea por creer que tiene mucha experiencia o, porque tiene una profesión que los avala. No somos pocos los que hemos recibido alguna información de educación sexual de alguien que era médico, pero que no tenía formación en salud sexual (y, valga decirlo, en realidad, una pésima información sexual).
Lo curioso es que, a pesar de haber tanta información dando vueltas, esos verdaderos errores (que pueden generar horrores en la vida sexual) se mantienen. Entre ellos están: “sexo significa penetración”, “los hombres siempre quieren más que las mujeres”, “el deseo debe producirse al instante”, “los demás tienen más sexo que tú”, “ellas no necesitan lubricante adicional”, “es normal que el sexo duela”, “el sexo planificado es aburrido” y “ellos no están a la altura”.
Todos
estos enunciados son falacias. Hoy nos vamos a concentrar en las tres primeras.
lo sexual sea siempre más deseable.
2-
“Los
hombres siempre quieren más que las mujeres”: quizás una de las consultas más
numerosas en el terreno del sexo: “La diferencia en el deseo”. Pero es falso
que las mujeres no deseen sexo o que los hombres siempre lo deseen. Recordemos
que el deseo de las mujeres tiende a fluctuar más a lo largo de su vida, pero
que hombres y mujeres experimentaban fluctuaciones del deseo muy similares a lo
largo de la semana. Por eso la diferencia en el deseo no es el problema
central, sino la incapacidad de hablarlo, negociarlo y procurar que se puedan
construir espacios para que el deseo se pueda canalizar siempre de la mejor
manera para ambos.
3-
“El deseo debe producirse al instante”: Se puede
decir que, normalmente, hay dos tipos de deseo: el espontáneo, o sensación de
querer sexo de la nada, y el receptivo, que surge en respuesta a estímulos. Los
dos deseos son saludables y los dos se pueden y deben estimular. No somos
máquinas con botón on y off. Somos seres humanos que precisamos
estímulos, motivación, contextos y, siempre, consentimiento. El deseo también
se cuece al ritmo calmo de los encuentros y la dedicación.
Básicamente debemos comprender que la vida sexual siempre puede ser satisfactoria para ello hay que proveer los tres pilares que pueden hacer que todo sea mejor: a- el mejor conocimiento sobre mi cuerpo, mis sensaciones y mis emociones. b- una comunicación fluida, asertiva y constructiva con mi pareja y c- la decisión firme, activa y concreta que el placer sexual no es un lujo que es para pocos, sino un derecho al que todos y todas estamos llamados.
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