El 25 de noviembre, se lo conoce en el mundo, aunque se pueda votar en contra de esta idea en algún organismo, como el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer. Se eligió el 25 de noviembre para conmemorar el violento asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, quienes era tres activistas políticas asesinadas en 1960 por el dictador Rafael Trujillo en la República Dominicana. Asesinadas por odio y con crueldad ya que sus cadáveres aparecieron destrozados.
Luego, el
20 de diciembre de 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la
Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer (que este año,
todos los páises, salvo el nuestro, ratificaron). El 17 de diciembre de 1999, se
declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer. Invitando a los gobiernos, las organizaciones
internacionales y las organizaciones no gubernamentales a que organicen en ese
día actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto al
problema de la violencia contra la mujer.
A muchos nos parecía, cuando éramos chicos, ciencias ficción pensar en lo que pasaría en el año 2024. Autos voladores, viajes espaciales y tantas otras cosas las imaginábamos como habituales. Sin embargo, aunque avancemos claramente en la tecnología, sigue siendo increíble que no podamos avanzar y que aun tenga sentido que debamos recurrir a un día para recordar lo obvio: el respeto de los Derechos Humanos, la necesidad de tener una sociedad sin violencia. Dentro de ello, es aún más doloroso, cuando comprendemos que l
a violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas y generalizadas del mundo. Se calcula que, a nivel global, casi una de cada tres mujeres han sido víctimas de violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida. Si tomamos datos recientes – el año 2023- se sabe que alrededor de 51.100 mujeres y niñas de todo el mundo murieron a manos de sus parejas u otros miembros de su familia. Es decir, se asesinó a una mujer cada 10 minutos en el mundo. Por eso las Naciones Unidas, particularmente desde ONUMUJERES, se decidió que el slogan de este año es: "Cada 10 minutos se asesina a una mujer. #NoHayExcusa. ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres". La campaña que hace ONUMUJERES, en realidad, es de 16 días de activismo contra la violencia de género. La misma se inicia con el 25 de noviembre y termina el 10 de diciembre, día de los Derechos Humanos. Esta campaña, que se vienen realizando desde hace años, busca movilizar a todos los miembros de la sociedad a ser parte de la solución y también sirve para revitalizar los compromisos y exigir responsabilidad y medidas concretas a los responsables de la toma de decisiones. Las personas y los gobiernos son responsables de lo que hacen, como también de lo que no evitan y, sobre todo, de la desidia que puedan tener. Porque para erradicar la violencia hay que ser activos en acabar con la impunidad, en adoptar y en financiar planes de acción y en invertir en soluciones que, generalmente, proponen los movimientos por los derechos de las mujeres.Entonces, este
año #no hay excusa, nos debería interpelar a cada uno de nosotros para
preguntarnos qué hacemos en cada uno de nuestros ámbitos para que esta
violencia no crezca. ¿cuáles son los recursos que estimulamos para que nuestra
sociedad sea más saludable? Es una respuesta personal que uno se debe dar.
Luego, todo vuelve a lo que hemos mencionado muchas veces en esta columna:
¿estamos proponiendo el buen trato como una forma de estar con los demás?,
¿estamos exigiendo que haya una educación sexual integral para darles
herramientas activas para que la violencia no se propague en la nueva
generación? y ¿estamos procurando que en las relaciones que vemos y tenemos la
violencia no encuentre jamás una excusa para situarse?
No, no pretendo
un juicio contra quienes aún no responden taxativamente ¡SI! Sólo estoy
proponiendo un camino para que lo hagamos. No más violencia será sin dudas uno
de los indicadores más reales, significativos y concretos que estamos en la
modernidad que imaginábamos cuando éramos pequeños.
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