No hace falta insistir –confío- que el día de
la mujer no representa una festividad romántica sino una conmemoración de lo mucho
que se avanzó sobre la equidad de derechos entre varones y mujeres y un recordatorio,
como un lastre, de lo mucho que falta hacer aún. Es verdad que no es una fiesta
pero sí que se puede festejar como un logro que haya un 8 de marzo que permita visualizar,
aún más, los pasos que hemos dado.
El 8 de marzo es, valga recordarlo, un aniversario
del día donde se mataron a mujeres que luchaban por una nimiedad, parecería ser
en la actualidad y en ciertos lugares, derechos laborales mínimos. Así, este día
se invita a hacer una reflexión intensa sobre lo que aún falta andar. Quizás sea
importante, por eso, recordar que los día de la mujer, desde hace unos tres años
tienen un tema central. El tema del Día Internacional de la Mujer 2013, está centrado en la
Violencia contra la mujer, que sigue siendo
la plaga más lamentable, tremenda, expandida y que resolverla aún depende de los
seres humanos únicamente. Así, el tema tiene como lemas: “Una promesa es
una promesa: momento de pasar a la acción para acabar con la violencia contra las
mujeres”.
Sin embargo, también es un día para permitirnos el homenaje. Allí el recuerdo aparece como inevitable a esas mujeres que impregnan nuestra vida. Porque batallan, porque trabajan, porque apoyan, porque resisten, porque nos sonríen, porque marcan caminos, porque ofrecen lugares, porque están, porque sufren, porque curan, porque son como son y con ello nos permitimos ser un poco más todos. Por ello, también los invito a escuchar y ver esta canción que este año se lanza por este 8 de marzo en http://song.unwomen.org/es