Pensaba en la siguiente premisa: si la excitación es central para una
respuesta sexual óptima, es el deseo el que hace que la vida sexual sea
maravillosa. La excitación como tal
(erección en el hombre, exudación en la mujer, simplificando mucho)
garantiza que la respuesta sexual se pueda concretar, es más hasta en la misma
se puede gozar. Una buena respuesta sexual es formidable e implica una
dimensión de la sexualidad que se debería disfrutar siempre mucho más, el sexo
en su sentido más conocido. Es decir, que el pene esté erecto y la vagina bien
húmeda para que la penetración sea genial y maravillosa.
Esa mirada “coitocéntrica” es algo que se busca y, obviamente queremos, principalmente los heterosexuales (también simplificando aún mucho más). Aún en la visión amplia de la sexualidad, el coito mencionado ocupa un lugar importante. Esto no conlleva, obviamente ninguna reducción a solo esto.
Pero es el deseo lo que hace que la vida sexual sea una forma constante de descubrir más caminos para que nuestra esencia de seres eróticos se expanda inexorablemente. Es más, diría que lo único que puede mantener una relación sexual intensa durante un periodo largo es el deseo como forma de saber que ese cuerpo de esa persona que está en ese momento contigo sea ideal para recorrerlo con el gozo de hacerlo.
Esa mirada “coitocéntrica” es algo que se busca y, obviamente queremos, principalmente los heterosexuales (también simplificando aún mucho más). Aún en la visión amplia de la sexualidad, el coito mencionado ocupa un lugar importante. Esto no conlleva, obviamente ninguna reducción a solo esto.
Pero es el deseo lo que hace que la vida sexual sea una forma constante de descubrir más caminos para que nuestra esencia de seres eróticos se expanda inexorablemente. Es más, diría que lo único que puede mantener una relación sexual intensa durante un periodo largo es el deseo como forma de saber que ese cuerpo de esa persona que está en ese momento contigo sea ideal para recorrerlo con el gozo de hacerlo.
Es el deseo que empuja a imaginar cómo real lo que podría
parecer imposible. Es el deseo que se anima a fantasear y, con ello, cultivar
el gozo, por más que sea sexo simple. Es el deseo quien permite que alguien
pueda ocupar el tiempo para besar, acariciar y volver a hacerlo sin prisa y sin
pausa. No es la excitación. Aunque, esperemos que la excitación aparezca todo
lo necesario para poder hacer que la respuesta sexual sea óptima, sabiendo que
la respuesta incluye la excitación y otras cosas.
El deseo es quien permite que la previa sea excitante, lo que hace que
el camino al gozo sea posible. Es el deseo quien permite que el placer sea una
forma constante de encontrarse con el otro, a través de los sentidos, a través
de lo palpable y, valga señalarlo, también de lo intangible. La suma de eso
hace que el placer sea una forma más de estar luego que la excitación cumplió.
Por ello si quieres una vida sexual plena, cultiva tu deseo siempre. La
respuesta sexual no será un problema, pues aun cuando pueda haber algún
inconveniente relacionada con ella, de cualquier tipo, tendrás más recursos
para resolverlo, superarlos y siempre en el camino disfrutar el gozo de saberte
capaz de orgasmear siempre. Así que nos excitemos todo lo que queramos, montados sobre el deseo, así, seguramente, tendremos "más sexo del bueno".
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