Dentro de los hábitos saludables existe una mezcla enorme de
sugerencias, dado que muchas personas exponen sus ideas sobre qué hacer para
estar mejor y así, pululan muchos consejos, algunos con muy buen tino y
excelente información y otros basados en situaciones ideales o sin ninguna base
científica o real. Sin embargo, todos aceptamos la premisa central: es mejor
tener algunos de esos hábitos saludables y si es posible, disfrutarlos. Como
también, está claro que, aunque cueste, ciertos hábitos nocivos hay que
procurar dejarlos. Esto vale para cualquier salud. Dedicarnos a ello y hacer lo
necesario para optimizarla desde nuestra realidad.
En la actualidad ya está conocido que existe una salud
sexual y, por lo tanto, ella sigue el mismo principio: se la debe cuidar,
promover y, para ello, desarrollar también hábitos saludables. Por ello, hay
una suerte de listado para buscar estar sexualmente saludable y, por lo tanto, que
deberíamos promover. Ahora bien, recordemos, antes que nada, dos elementos
centrales: 1] que la salud sexual incluye dimensiones emocionales,
psicológicas, físicas, intelectuales y espirituales y 2] la salud sexual se
desarrolla a lo largo de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte. Esto
conlleva comprender que integrar la sexualidad en la vida de uno de manera
equilibrada es un esfuerzo que nos debemos y que es por toda la vida.
El Consejo de Información sobre Sexualidad de los Estados Unidos (SIECUS) sugiere 15 ítems como comportamientos de vida del adulto sexualmente Sano”. Obviamente existen algunos relacionados con la importancia de los cuidados de la salud en general con sus respectivos chequeos regulares para la identificación temprana de problemas potenciales, como también el acceso a la salud en general, a la reproductiva y, sobre todo a la sexual. Además, hay otros ítems que podemos agruparlos en tres grupos para resumir: a] los que tienen que ver con nuestra propia percepción sobre nosotros mismos, de nuestro cuerpo, de nuestros deseos, de nuestros sentimientos, de nuestro placer. Donde dos nociones aparecen como claves: la autoestima y el autoconocimiento. b] los que surgen de la expresión de la sexualidad: que va no sólo por poder hablar, decir, sentir y expresar sobre lo uno necesita, lo que debe estar asociado a desarrollar una sociedad más inclusiva, menos discriminatoria y capaz de defender la diversidad humana. C] lo que se asocia con las relaciones. Toda relación, lo sabemos, se debe trabajar para mejorarla, eso esta claro. Ahora bien, para que estas sean saludables deben ser deseadas, decididas, consentidas y libres de violencia. Esto no es utópico o sólo dicho. Básicamente debemos comprender la obviedad que desarrollar y mantener relaciones significativas es necesariamente saludable y, por ende, un hábito a desarrollar.
La salud sexual se puede ver como una utopía en estas épocas
donde hay otras urgencias. Pero, si ampliamos la mirada veremos que es en la sexualidad,
entendida plenamente, que están los elementos que como sociedad nos urge
encontrar: la comunicación, el respeto, la diversidad, lo significativo, la
auto estima, el desarrollo personal y los sentimientos positivos. Así que si,
desarrollar la salud sexual plenamente puede ser una utopía, pero también puede
ser un plan de acción pensando en nuestro presente y confiando en un futuro
mejor.
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