Fin de año, un día diferente en el calendario como casi todo el año y un número que cambia. Sin embargo, el ritual continúa siempre. Nos imaginamos que empezamos un nuevo ciclo y está bien que así sea. Las personas necesitamos la pausa, el festejo y el creer que lo que viene será mejor. Además, este año terminamos campeones del mundo y estoy seguro que tantos los deseamos allá en diciembre del año 2021 que podemos imaginar –y aceptar la ficción- que los deseos bien pensados se cumplen.
Pues
les quiero compartir mis deseos con la secreta pretensión que ustedes puedan
tomar letra para asumir alguno de ellos como propios. Así que vamos por la
tarea. Deseo un 2023 que tenga uno de los trípodes más virtuosos que podemos
concretar: en primer lugar, vínculos que nos permitan sentirnos en esa compañía
que nos hace crecer y nos da el coraje para intentar siempre lo que nos permite
sentirnos útiles, capaces, dispuestos cercanos; en segundo lugar salud, que no
es sólo lo que el chequeo dice –aunque es tan importante hacerlo y valga como
recordatorio- sino aquella que nos permite sentir que nuestras capacidades de
hacer cosas y compartirlas sólo tienen el límite de nuestra decisión y,
finalmente, que las emociones y los sentimientos se puedan expresar. La vida
está siempre mejor cuando somos capaces de exteriorizar las emociones positivas
y dejar que fluyan (el 18 de diciembre pasado hemos visto que todos y todas
tenemos esa capacidad).
También
deseo que el arte, esa capacidad maravillosa de tejer -con lo que tenemos de talento
o intención-, algo para mostrar la sensibilidad que hace pensar o sentir y que
eso sea el trampolín para cambiar el mundo. Nuestra vida siempre necesita del
arte, ya sea siendo testigo de aquel o producirlo. Yo estoy convencido que las
personas tenemos la capacidad de expresar con arte algo de lo que vivimos,
sentimos y creemos. Así que elige el que quieras y acomete con ello con el
entusiasmo del principiante y la convicción del decidido. Hay tantas
posibilidades y lo que importa es asumir esa posibilidad y dedicarnos lo
necesario.
Otra
cosa que siempre debe formar parte de los deseos son los viajes, porque creo
que somos nómadas por definición, aun cuando nos quedemos en el mismo lugar
toda la vida. Lo creo porque esta, cada vida, es un recorrido permanente
encontrando a tantas personas en el camino. Pero, soñemos que este año nos
tocará ese viaje que hemos deseado desde siempre, como prueba de esperanza.
La
comunicación como nuestro norte de aprendizaje que sea uno de los deseos de
este 2023. Todos sabemos que, independiente de nuestras capacidades para
comunicar, aún podemos hacerlo mejor siempre. Para eso sólo es necesario
escuchar un poco más, ejercitar la empatía con seria disposición e intentar
siempre en las formas de perfeccionar lo que queremos decir. La claridad en
decir lo que sentimos, deseamos, necesitamos y no queremos es el camino más
seguro hacia nuestra felicidad y, de ese modo, a la de los demás que nos
acompañan. En esto valga que desearía que haya más mensajes personales y menos
emojis y copy and paste. Para eso, libera
el corazón y avive el seso (Manrique dixit) y que cada uno diga más de todo lo
que uno quiere decir.
También
deseo que la fiesta del 31 sea siempre como toda fiesta que nos merecemos: con
la alegría de compartir, la sensualidad del baile, la diversidad en la comida,
los abrazos que siempre nos acercan, los besos que ansiamos, las palabras que
nos animamos a decir. Por eso que la fiesta se repita todo el año, regularmente,
con las excusas que queramos.
Por
todo eso, valga decir y brindar por un Feliz 2023.
Feliz año nuevo! Excelentes deseos para este 2023
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