El 4 de septiembre se celebra el día de la salud sexual. Este día se instauró desde el 2010 con el fin de reafirmar la necesidad que la salud sexual sea considerada como un elemento axial para las personas y que forme parte de las políticas sanitarias, educativas y sociales. Cada año se renueva el logo y el slogan que orienta este día, adecuándolo a mensajes que potencien la salud sexual en todos los niveles. Este año, el slogan del día de la salud sexual es: “consentimiento”. Una palabra que hemos citados varias veces en estas columnas por ser, a nuestro entender, nuclear en relación a la salud sexual.
El consentimiento es la manifestación interrelacional de un proceso personal que alude directamente a los elementos constitutivos de la sexualidad saludable: el autoconocimiento, los límites personales, la certeza emocional, la comunicación asertiva y, sobre todo, y la expresión personal de la libertad como posibilidad manifiestamente humana. Es decir, que en el consentimiento se puede llegar a encontrar la totalidad de lo que necesitamos para hacer que, personal y socialmente, aspiremos al bienestar.
El consentimiento personalmente creo que es una de las formas o de los criterios que deberíamos tener para hablar de calidad de vida personal, de pareja o social. Es decir, deberíamos preguntarnos más veces cómo está nuestro consentimiento en nuestras relaciones: ¿cuán claro tenemos a que queremos consentir? ¿Qué capacidades tenemos para no aceptar lo que realmente no queremos? y tercero ¿cuán claro la otra persona entiende nuestros puntos de vista? Tal vez en esa lógica seamos capaces de crear una sociedad saludable más libre más solidaria Y seguramente con mayor bienestar.
internacionales y, también, indirectamente, por la Constitución que busca “promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad”. Por ello, sostenemos que pensar en la salud sexual como esencial para el bienestar es más que un slogan, es una forma de considerarse uno mismo, de considerar a los demás y, en consecuencia, exigir como habitantes de este bendito suelo que el futuro sea presente. Dentro de ello, estoy persuadido, el consentimiento es una medida eficaz de medir nuestra felicidad.
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