¿Dónde está la felicidad que buscamos? ¿Dónde se encuentra ese oasis que deseamos cuando nos vemos, tantas veces, en el desierto que nos toca en suerte? ¿Es posible creer que ella se encuentra tan cerca que podemos percibirla con algunos de nuestros sentidos o con todos ellos?
Lo cierto es que tantas veces en nuestras vidas la creemos tan cercana como si fuera una fruta sólo para nosotros. La asumimos como propia en esos momentos que nos encontramos sonriendo por el sólo hecho de tener lo que tenemos, sea mucho o poco. Creemos, como ciencia exacta, que esa felicidad que nos llega en migajas es nuestra y que sólo depende de lo que suele depender la verdadera felicidad, de unas cuantas cosas que siempre caben en la palma de la mano, en un par de pensamientos y un momento que se comparte.
La felicidad siempre está cerca, pues aún en situaciones extremas uno la puede encontrar en esas pequeñas cosas que hacen siempre la diferencia, dicen los optimistas. Pero, aún aceptando esta verdad como una realidad sincera y tangible, no podemos negar que en este mundo hay mucha gente que, directa o indirectamente, se esfuerza para que esa felicidad se reprima, se mantenga oculta para muchos y muchas.
Ser feliz nunca es un acto solitario, necesita de, por lo menos, la idea de otro.
Miércoles, 15 de Noviembre de 2006
Lo cierto es que tantas veces en nuestras vidas la creemos tan cercana como si fuera una fruta sólo para nosotros. La asumimos como propia en esos momentos que nos encontramos sonriendo por el sólo hecho de tener lo que tenemos, sea mucho o poco. Creemos, como ciencia exacta, que esa felicidad que nos llega en migajas es nuestra y que sólo depende de lo que suele depender la verdadera felicidad, de unas cuantas cosas que siempre caben en la palma de la mano, en un par de pensamientos y un momento que se comparte.
La felicidad siempre está cerca, pues aún en situaciones extremas uno la puede encontrar en esas pequeñas cosas que hacen siempre la diferencia, dicen los optimistas. Pero, aún aceptando esta verdad como una realidad sincera y tangible, no podemos negar que en este mundo hay mucha gente que, directa o indirectamente, se esfuerza para que esa felicidad se reprima, se mantenga oculta para muchos y muchas.
Ser feliz nunca es un acto solitario, necesita de, por lo menos, la idea de otro.
Miércoles, 15 de Noviembre de 2006