He leído algunos escritos (en la red y en
algunos periódicos) que menciona que la Educación sexual es una asignatura
pendiente. Entiendo la noción que buscan decir, en el sentido que todavía no se
ha logrado que la misma sea sistemática, constante y transversal. Sin embargo,
creo que debemos recordar que la educación sexual es algo que se hace siempre,
también desde el silencio y de lo no dicho, se hace desde dejar que la
ignorancia indique la forma de actuar, desde que cedemos a grupos de pares,
internet, películas y la propia capacidad que tenemos los seres humanos de
explicarnos las cosas como se puede.
Por ello, la pregunta esencial surge de pensar
que estamos en este siglo XXI, donde existen tantos avances, donde hay tantos
derechos conquistados, donde creemos en la equidad como una necesidad
imperiosa, donde hemos comprendido la maravillosa inevitabilidad de la
diversidad, donde deseamos y trabajamos tanto por una vida sin violencia. Si en
este mundo ¿Por qué seguimos renunciando a la educación sexual como EL recurso
más adecuado para conseguir tanto de lo que queremos?
La educación sexual responsable, asumida por
los adultos, diseñada por los expertos y aplicada de modo sistemático es la
asignatura pendiente. Dicho de modo más contundente: es la irresponsabilidad
que aún sigue vigente, mientras la educación sexual informal sigue adelante,
como siempre.
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