A] La
sexualidad es una cualidad humana irrenunciable porque forma parte de su
identidad que se manifiesta de varios modos. Es decir, podemos renunciar a
tener actividades sexuales, como decisión propia pero no dejaremos de ser sexuados
nunca. Este es el punto capital para pensar la asociación de la sexualidad con
cualquier contingencia humana, sea natural (edad), adquirida tanto por herencia
o por circunstancia circunstancia (discapacidad o alguna enfermedad –que no son
lo mismo). La sexualidad siempre está presente.
Frente
a lo dicho tenemos tres cuestiones a pensar y hacer:
1- A nivel social como hacemos para
fomentar que la sexualidad y discapacidad se la favorezca positivamente. En
este punto entra en juego las leyes que van a favor de la autonomía de las
personas, la protección de las mismas y los recursos que se consideran
necesarios implementar para que las personas con discapacidad puedan disfrutar
de la vida sexual. Un punto importante en esto es establecer un sistema de
protección ante la violencia que puede aparecer en este grupo en particular.
2-
A nivel familiar: La pregunta clave a hacernos es ¿cómo hacemos frente a la inquietud que genera que alguien que tenga una discapacidad cualquiera, pueda vivir la vida en todas sus dimensiones? Se puede comprender dos cosas: que la familia se preocupe por eventos o situaciones en las cuales quien tiene una discapacidad se exponga es lógico y que sabemos que la vida sexual, como la vida relacional, siempre son un constante carrusel de situaciones. Pero no por eso la evitamos, sino que aprendemos a tener los cuidados y a desarrollar actividades a favor. Aquí entra el rol de la educación sexual integral, también frente a la discapacidad y frente a quienes conviven con personas con esa situación.
3- A nivel relacional. La pregunta básica sería ¿Cómo vemos a quien tenemos al frente? ¿Esa persona que nos genera inquietud por lo que le pasa, como nos afecta? ¿Nos genera preocupación, miedo, ansiedad u otras cosas? Esto, básicamente tiene que ver como manejamos lo que es diferente, la diversidad, lo no formateado según nuestras ideas.
Resumiendo: la discapacidad no elimina el deseo de una vida sexual. Existe y es importante. Tener inquietudes sobre eso es normal porque no sabemos y, entonces, hagamos lo que hacemos cuando no sabemos, aprendemos y no simplificamos la realidad con estereotipos, mitos y mentiras. Porque como seres humanos nos merecemos siempre ser más humano y contemplar al otro, en sus necesidades y sus posibilidades, con el más completo respeto, con la convicción de sus derechos y con la intención del bienestar.
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