El
pensamiento más fino y personal nace de un sentimiento concreto y el
sentimiento más intenso sabe que debe pensar para que el sentimiento no sea
sólo burbujas de jabón. Si dejas de pensar, no sientes y si sientes no dejas de
pensar.
No somos
delirantes, pasionales o fríos y cerebrales. Somos seres imperfectos que
hilvanamos pensamientos como podemos, le ponemos nombre a sentimientos que
vamos percibiendo en nosotros y procuramos decirlo del modo que sea, para que
quien deseamos lo entienda, lo acepte y lo devuelva como pueda.
Pensamos
porque es la forma que tenemos de canalizar miedos, preguntas, convicciones,
inquietudes, sensaciones, certezas, deseos, tal vez, súplicas y eso, será
sentido como uno quiere, para así conseguir que podamos construir espacios de
intimidad, donde sabemos que el sentimiento, aún aquel que puede ser peligroso,
delirante, incoherente, no contestado, no respondido, reciproco, constante,
circunstancial y todo eso y más, se encontrará razonablemente protegido.
Francisco
Viola (Elucubraciones nómadas – Inédito)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario