Mi madre dice que en toda navidad debe haber tres colores: Blanco, rojo y verde. Colores que significan más que colores, sino que representan algo: el verde, la esperanza, el rojo, los sentimientos y el blanco, la pureza. Es maravilloso pensar las cosas en función de estos colores.
Para mí, también es una imagen de los tiempos de nuestra vida. Así, veo el verde esperanza como nuestro pasado. Es allí el terreno donde pueden surgir las esperanzas más reales. No podemos negar esas cosas –positivas y negativas- que nos hicieron llegar hasta aquí. Sólo viéndolas podemos acentuarlas, mejorarlas, cambiaras y ver las cosas con esperanzas.
El rojo son los sentimientos y es, para mí, el color del presente. Hace tiempo escribía que si uno piensa en dos representaciones de nuestros sentimientos la risa y el llanto surgen como imágenes. Esas dos cosas sólo pueden ocurrir en el presente. Es allí donde podemos producirlas o hacer algo para contenerlas –o quizás acompañarlas-.
El blanco pureza, es, sin dudas, el signo del futuro. Lo que aun podemos escribir a partir de nuestro pasado, de nuestras cosas y así, lograr que lo que viene sea mejor. En el fondo la pureza es, quizás, el color de la utopía que nos permite creer en un futuro mejor.
Llegamos al presente caminando – a veces deambulando- por el mar, como dice el poeta. Pero es en presente que vivimos, que amamos, que sentimos, que creemos. Sólo haciéndolo podemos hacer nuestro futuro mejor.
He aquí, sin dudas, el secreto de la navidad.
Pensando en ello, FELIZ NAVIDAD para todos y todas!