Cada tanto es
bueno hacer una pausa en el camino y ver lo que se recorrió. Es bueno, cada tanto,
celebrar lo vivido. Y, valga decirlo, hacer el balance, reconocer errores y asumir,
o volver a asumir, los caminos que están delante de nosotros. Cada tanto, aceptamos
y vivimos el hecho sustancial que somos importantes. Eso es humanidad.
Cada tanto, el
calendario nos propone un día que nos ofrece colectivamente la posibilidad de pensar
eso un poco. Sin embargo, es común que pasen dos cosas. La primera que olvidemos
la razón inicial que lo funda y, en segundo lugar, creer que es universal. El día
del trabajador también responde a eso. El día del trabajador se decidió en “París
en 1889, durante un congreso de la Segunda
Internacional (asociación de partidos socialistas, laboristas y anarquistas
de todo el mundo), que se estableció el
1 de Mayo como Día del Trabajador para conmemorar a los Mártires de Chicago” y lo
segundo, no todos lo celebran el 1º de mayo.
Estas dos
cuestiones me parece importante anotarlas. Porque creo que olvidamos con
frecuencia eso y cometemos los errores inevitables de ese olvido. Olvidarse las
fuentes facilita que nos vendan gato por liebre, como bien dice la sabiduría
popular. Creer que algo es universal, facilita que nos olvidemos que aún hay
derechos y deberes que no se cumplen, que no se dan.
Hoy en mi
país se celebra el día del trabajador. Allí el género resiste y no es un tema
muy hablado. Quizás porque cuesta más. Nadie se extraña aún que haya tan pocas “gremialistas”,
nadie se extraña que en este día de festejos “el trabajo no remunerado” de
todos los días, por lo general “femenino” se siga haciendo sin pausa.
Si, está buenísimo
festejar, nunca hay que estar en contra, porque la vida es breve y sólo nos
queda el aprovecharla lo mejor posible. Pero, en algún momento de la pausa,
volvamos a evocar a los mártires de Chicago, aquellos que pedían por derechos
que faltaban, que se enfrentaban a quienes no ofrecían lo justo, quienes
afectaban la equidad. En definitiva una lucha contra lo que quita dignidad,
menosprecia el valor de lo dado, simplifica la importancia del esfuerzo
ofrecido, minimiza las labores que el otro hace y usa lo popular para enriquecerse
a costas de los que sufren. O sea aún la lucha continua, contra “patrones”,
contra “políticos” (que incluye gremialistas), contra “jueces” que aun retardan
decisiones, contra mediocres y contra esas personas que en cualquier sitio
creen que la violencia es el recurso para imponer y decidir.
Feliz día
del trabajador, feliz día de la trabajadora. Feliz día del trabajo que no es
otra cosa que la capacidad humana de empeñarse en construir un futuro mejor.
Feliz día y a seguir luchando! Hoy más que nunca, ya que varios de los derechos adquiridos están en peligro de extinción
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