viernes, enero 24, 2020

Nuevamente la Educación sexual Integral


 Falta mucho, pero se está haciendo. Se sigue discutiendo sobre contenidos, pero se está haciendo. Se siguen presentando tonterías en la legislatura, tanto para restringirla, como para adherirse a una ley vigente, nacional y que se ejecuta. Pero se está haciendo. La educación sexual integral está en marcha, con límites, con dificultades, con diferentes acciones, con errores, con varios aciertos. Pero lo cierto que se está haciendo. Forma parte de la educación. Se habla, se dice, se pide, se programa, se discute, se forma, se niega. Pero allí está ya presente como tema educativo, como propuesta educativa, como hecho educativo. Sería bueno que también ya sea parte de la charla familiar, de aquello que hace que cada familia sea verdaderamente responsable de la educación de sus hijas e hijos. La batalla, enhorabuena a quienes lo comprendieron y la están librando, no es contra contenidos que no me gustan, sino a favor de eliminar la ignorancia –para eso los conocimientos adecuados y actualizados y no las opiniones personales-, fomentar habilidades positivas en relación a la salud sexual –que implica educar en una comunicación positiva, asertiva, en la gestión de los conflictos sin violencia, en el respeto activo con la diversidad humana y la protección integral de uno y de los demás, entre otras cosas- y, también, estimular los valores positivos de nuestra sociedad -que valga remarcar están establecidos en relación a los DDHH.  
La educación sexual integral es una realidad que demoramos en hacerla cotidiana, pero ya es irrenunciable como sociedad y como decisión legislativa. Ahora bien, nuestra opción sigue siendo la misma: de un lado, seguir discutiendo, como si los hechos no existiesen, o, finalmente, hacernos adultos, responsables, participes y activos para que la educación sea realmente lo que pregonamos: la forma cierta que tenemos como sociedad de hacer, construir y realizar un futuro mejor. Para ello la educación no puede obviar la educación sexual. La educación del siglo XXI debe incluirla para hacer ese futuro que anhelamos. En este caso, –sí, esto es mi opinión- la ley 26150, ley nacional y vigente en todo el territorio de la república argentina, es una garantía que ese avenir es posible. Así que este año, sea realmente el año de la Educación sexual integral. Belgrano lo pedía, a mi entender, cuando dijo: „Yo espero que los buenos ciudadanos de esta tierra trabajarán para remediar sus desgracias”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Entrada destacada

Deseos 2020

Este año es bisiesto. Como cada 4 años, dirán, pero esta vez lo noté. Un día más, un año diferente. Una ilusión de creer que lo excepcio...