





“O valor das coisas, não está no tempo em que elas duram. Mas na intensidade com que acontecem. Por isso existem momentos inesquecíveis, coisas inexplicáveis e pessoas incomparáveis....” Atribuido a Fernando Pessoa
Este año es bisiesto. Como cada 4 años, dirán, pero esta vez lo noté. Un día más, un año diferente. Una ilusión de creer que lo excepcio...
ya willy pasini decia en los noventa La gente no tiene miedo del amor, sino de la intimidad. Encontrar una buena distancia es como el síndrome del erizo: cuando hace frío se acerca y cuando se acerca se pincha, lo que le hace separarse de nuevo y entonces vuelve a tener frío, hasta que encuentra la distancia adecuada. Otra razón es el deseo. Antes era el hombre el que deseaba y la mujer la que tenía el placer de ser deseada. Pero, con el feminismo, la mujer también puede desear.. Es lo que se llama el efecto democracia del deseo, que hace que la gente no haga, tanto el amor, pero la calidad es mejor que antes. ...Otras parejas son incapaces de soportar las frustraciones de lo cotidiano. Se vive en una sociedad de consumo en que si algo no funciona se cambia.---- En realidad, ¿para qué sirve la pareja?
ResponderBorrarR. Una respuesta pesimista es para no estar solo o para pagar la hipoteca de la casa. Una respuesta optimista es para hacer mejor a los individuos que la integran, para ser más eficaces, y para los que lo deseen, tener hijos y servir así a perpetuar la especie. La falta de modelos fuertes es la gran paradoja de nuestro tiempo. Desde el momento en que no tiene como objetivo fundamental la procreación, son los criterios afectivos internos los que van a determinarla. Por eso existen ahora modelos alternativos-- Cómo será la pareja del siglo XXI?
R. Dependerá, sobre todo, de la neurociencia y de la política. Se van a tener cada vez más bebés probetas y la procreación estará cada vez más separada de la sexualidad. La sexualidad será privada, y la procreación, cada vez más pública, porque el Estado necesitará controlarla.--
otra situacion de un extracto publicado en uno de los medios masivos de circulacion que hacen sintesis de un hilo de Un hilo de Twitter de Claudia Cortés, una médica infectóloga de la Universidad de Chile, lo revela: “44 días desde que vi al primer paciente, 43 desde que veo a mis hijas por la ventana, 42 de trabajar casi 24/7, de llevar estadísticas y registrar cada detalle, 40 reuniones por zoom, 39 llamadas a medianoche, 38 lavados de mano cada mañana, 37 cada tarde; 36 veces me pongo y me saco el delantal desechable; que hago 35 recetas; 34 veces que digo ‘diga 33’; 32 mujeres en el equipo; 31 veces que subo a la Unidad de Cuidados Intensivos; 32 que bajo a urgencias; 32 que pido un escáner; 31 que converso con mi marido desde lejos… 30 días que trato de fantasear qué haré cuando todo esto se acabe (y no lo logro); 28 abrazos que quise dar y no pude; 27 sour que quise tomar y no pude; 26 panes triangulares de miga como pura comida que ya odio; 25 minutos que me demora la vuelta a mi casa en toque de queda; 24 horas eternas del día; 23 box de urgencia; 21% de oxígeno que no alcanza; 20 pares de guantes por lo menos cada día; 19 el paciente más joven; 18 teleconferencias; 17 recetas retenidas; 16 metros cuadrados donde habito; 15 guías clínicas a discutir; 14 licencias extendidas; 13 altas; 12 libros que me gustaría leer; 11 cumpleaños de amigos y familiares a los que no iré; 10 de la mañana todas las indicaciones listas; 9 series/películas que me gustaría ver; 8 amigos apoyando a full; 7 años cumplió mi hija chica hace poco; 6 veces que creo que ahora sí me contagié; 5 colegas infectólogas que apañan; 4 que queremos sentarnos en la misma mesa y dormir apretados en la misma cama; tres palabras: quedate en casa” esto grafica los estados de intimidad imposibles del hoy
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