a-
La vida sexual saludable es una de las
maravillas que el ser humano dispone para el ser, para el encuentro, para la
vida, para la felicidad.
b-
La vida sexual saludable mejora a partir del
mejor conocimiento de uno en todas sus dimensiones, de la capacidad personal de
ser asertivo para lo que uno desea, necesita y, sobre todo, lo que uno no
quiere –la noción de consentimiento como nuclear- y de la comunión vital con
los valores que uno decide como aquellos que brindan la mayor serenidad al
espíritu de uno.
Estos dos elementos, hace que la educación sexual sea
consecuente con tres principios:
-
Es un hecho educativo: esta cuestión implica una
idea que, muchas veces se olvida: lo central es el educando, por ello debemos
planificar, evaluar y estar atento al que la recibe a la educación. Por ello toda educación sexual que se
pretende adecuada o sea la que apunta a ser eficaz, es sistemática, es
planificada, es progresiva y es retroalimentada por la experiencia.
-
Es un hecho integral: la educación sexual
precisa un equilibrio dinámico de contenidos a enseñar, habilidades a adquirir
y contextos del educando. Así es necesario tanto des-genitalizar la educación sexual como hecho único, como también incluir
lo relacionado con los genitales en sus contenidos, siempre respetando la
secuencia pedagógica marcada por el educando, en su realidad vital, intelectual
y emocional.
-
Es un hecho social: la sexualidad no es sólo la
vida sexual, es lo que funda la vida humana y por lo tanto la vida social. La
sexualidad es omnipresente en el ser humano, por más que la vida sexual sea más
limitada (en relación al tiempo que se ejercita) como actividad del ser humano.
Por eso, seguimos abogando a una educación sexual como hecho
profesional, no circunstancial. Esto implica que la educación sexual debe ser
realizada por personas que simultáneamente saben de educación, saben de
sexualidad y que actúan en educación sexual de forma constante y no circunstancial.
La educación sexual es una urgencia que se planifica, una
necesidad que se desea, una obligación que nos equilibra, una decisión que nos
ofrece un mejor porvenir.
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