miércoles, diciembre 30, 2020

Horóscopo 2021

 

Luego de un 2020 que no sabemos cómo etiquetar, se prevé que este año que se inicia será un año de mucho trabajo, de mucho placer, con muchas oportunidades para ser feliz, con algunas lágrimas y, también, con algunos desencuentros, entre varios encuentros. Habrá que utilizar toda la creatividad que se multiplicará en la medida que se vaya utilizando. También será necesario mantener la templanza frente a las inevitables contrariedades que nos cruzarán. Será muy importante exaltar, utilizar y fomentar la ternura como un nutriente prioritario en nuestras relaciones próximas y en las otras también.

La asertividad será, sin dudas, el i
ngrediente que no deberá faltar en cada momento. Se estima que, a pesar del cansancio que puede surgir en varios momentos del 2021, las fuerzas se renovarán con los pequeños detalles que condimentan la vida, esas cosas cotidianas que están al alcance la mano, que suelen costar nada y que tienen el mejor valor del mercado: ya que hacerlas multiplica tu energía. Estoy hablando de una lectura enriquecedora, una conversación estimulante, una comida sabrosa compartida, una película del corazón, un baile del cuerpo y del alma, una risa convencida y profunda, porque no decirlo, un orgasmo pleno y unas caricias –ofrecidas y recibidas- sublimes, entre otras cosas. Por ello se debe estimular las mismas dejando que las situaciones fluyan y aparezcan. Sino buscarlas con la convicción que uno las merece.

Es importante, para este año que entra, protegerse de aquellos que no saben compartir y de quienes tienen una tendencia a ser un lastre y un freno para nuestras verdaderas ambiciones: ser felices, productivos y creativos. Pero, siempre recordemos que hay personas que precisan con más dedicación que la acompañemos y que se esconden bajo una apariencia de ser lastres o ser un freno. El desafío fundamental del año será diferenciar a ambas. Porque no es lo mismo evitar las personas que nos afectan por su forma egocéntrica que dejar de ser solidarios con quien lo necesita.

Este año, sin dudas, quizás por la experiencia del año pasado, deberíamos ser capaces de ser un poco justos –como Borges lo diría (Eso me recuerda que es un buen año para leer poesía y hasta intentar escribirla). Para ello, para ser justos, sólo será necesario procurar ser uno mismo y ofrecerlo como una ofrenda a los demás, a los que están cerca y a los que ocasionalmente lo cruzamos.

Sin dudas, habrá lágrimas, las que surgen de la emoción. Algunas de ellas serán de pura tristeza y, otras, también con total certeza, serán de pura alegría. De esa alegría que surge de la convicción de disfrutar. Por lo tanto, el objetivo será aprender o mejorar la forma de expresar las emociones. Esto implica que decir las cosas sigue siendo un deseo y estímulo importante.

También se prevé que este año que la ausencia de las personas que nos dejaron se sentirá con mucha fuerza. Es lo normal, toda persona que ha sido importante en nuestras vidas nos deja una ausencia que nos interpela. Sin embargo, es también cierto, como la otra cara de la moneda, que esas personas importantes nos dejan demasiados buenos recuerdos para poder seguir avanzando.

Se prevé que habrá encuentros mágicos, maravillosos, excitantes y pragmáticos. No está claro en qué orden y si serán separados o juntos. Dado esto, se recomienda vivamente que uno vaya dispuesto a los encuentros para no perder las posibilidades que seguro surgirán.

Vuelvo a lo dicho: No dejar pasar oportunidad para una buena conversación, una discusión que valga “Paris”, un viaje compartido, bailar como sea y con quien sea –con uno mismo hasta que alguien se prenda-, ver una película que tenga más de 40 años, porque lo valen muchas veces, recitar un poema o una hoja de teatro, jugar lo que se pueda, porque lo lúdico es regenerativo. Todo esto está dentro de lo que este año se deberá hacer para que sea mejor.

El 2021 también (como los años anteriores y posteriores al 2021) será un año para tener sexo de las formas que uno se debe. La única condición a cumplir será: que haya consentimiento de las partes y que este sea válido y que sea protegido de las formas necesarias y completamente. Así que, a prever fantasías, caricias, besos, prácticas, placer, orgasmos, charlas, pensamientos y lo que vaya saliendo. El año se lo merece. Valga también imaginar que el amor, que a veces lo incluye es fabuloso, estará presente, como una forma de construir el cotidiano o de buscar que el futuro sea mejor, para ello, recordemos que el amor se construye con una buena comunicación, con una real disponibilidad y con mucha dosis de autoconocimiento.

Sobre el trabajo el panorama, lo sabemos, es más deseo que otra cosa. Pero lo cierto que intentarlo con el mejor espíritu y creyendo que puede ser bueno. Vamos a confiar que será positivo, pero, por las dudas, nos abonemos a la solidaridad como norma.

Este año –deseo puro- se crecerá mucho, fruto de una dedicación suprema a nosotros mismos y a esas cosas que hacen de nosotros alguien mejor. Pensando en ello, se insiste en la necesidad de promover, desarrollar, estimular, buscar y convencerse que debemos potenciar los derechos como una necesidad permanente y abonarse a la certeza que lo podemos hacer mejor.

Por lo dicho no queda más que desearnos y confiar que será un ¡Feliz Año Nuevo!

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