Sumado a
esto, va una segunda obviedad, los demás cuando leen/escuchan la opinión
también lo hacen con su propio sesgo. Porque el sesgo de lectura y de escucha
es igualmente inevitable (oscilando entre lo más aséptico y lo más
comprometido). Entonces, ¿porque es tanto problema ese sesgo?
Porque
nuestro sesgo siempre da lógica a lo que pensamos y pone en duda lo contrario.
El ejercicio de todo es posible sirve para debates chicos, ajenos a la vida, a
los abogados del diablo y a los discutidores seriales. Si lo que digo es serio,
lo contrario debería ser lo contrario. Y las parejas de posibilidades siempre
están establecidas por ello justo/injusto/ responsable/irresponsable,
corrupto/no corrupto, y se puede seguir.
Una opinión
no es la verdad, sino nuestra forma de reducir lo que existe, lo que se cree,
lo que se ha leído, lo que se ha escuchado, hoy lo que se ha whastsAppeado, a una matriz de verdad que
tiene la limitación por donde fuera en la mayoría de los casos pero que aparece
como indiscutible según la forma que estoy viendo el mundo.
Todos, algunas
veces, hemos tenido opiniones que se han probado como erradas, como totalmente
fuera de lugar, con un análisis de una pobreza intelectual que nos avergonzaría.
Algunas veces hemos cambiado de opinión y otras, para no ceder, la hemos mantenido
a pensar nuestro. Porque eran nuestras opiniones o, muchas veces, porque la habíamos
emitido como un compendio de verdad y de virtud.
Si, muchas
veces hemos pretendido confundir la opinión con los hechos. Pero son dos cosas
distintas. Los hechos son más neutros, deberían ser más concretos, más
indiscutibles. Pero la opinión aparece como una forma concreta de maquillar
cualquier hecho con la visión de verdad que tenemos.
La
humanidad, parece, no es que sea incapaz de superar eso, sino que se divierte,
se castiga y se limita y todo ello hasta le genera algún placer. Es la única
explicación que haría que se justifique que la opinión siga teniendo tanto
poder para tomar las decisiones importantes, aunque después las cambiemos con
nada.
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