El 5 de abril apareció en la sección “Sexualmente
hablando” la nota “Necesidades y urgencias de un dictador”. Creo necesario
hacer algunas consideraciones. Creo pertinente realizar algunas anotaciones. Es
oportuno, antes de ello, señalar que cuando una persona comparte alguna
experiencia con los amantes de la historia, comprende que la misma es una ciencia
y, por ello, aprende que ignorar el contexto para el análisis es un error; si
alguien estudia un poco de psicología como ciencia, entiende de mínimo que la
palabra tiene un valor terapéutico y, en ocasiones, de una capacidad de generar
daño; si uno se presenta como sexóloga/o, debe saber que no incluir ciertos
conceptos es de ignorancia supina. Por ello, digamos que la historia del Duce de
esa columna peca de esos problemas: 1- No menciona que es una época de una
tiranía absoluta con un dominio, a través de la fuerza y del miedo, de lo que
pasaba. Sus acciones estaban basadas en eso; 2- Minimizar hechos concretos sin
ponerle el nombre adecuado es grave, porque no nombra el crimen. En este caso
hablar sin decir que era un violador con todas las letras es una falla. Lo que él
hacía era violar; 3- Confundir deseo con fantasías sexuales y, sobre todo, no
incluir la perspectiva de género frente a una cultura patriarcal son todos
errores en esta columna. Dicho esto, deseo aclarar lo siguiente: 1º- El uso del
poder en cualquiera de sus formas para imponer una actividad sexual en otra
persona es un delito que en el caso relatado se llama violación. El que lo
ejecuta no es un ejemplo de hombre viril, sino de un violador, de un abusador.
2º- Sobrevivir a la degradación dada por un régimen dictatorial que tiene la
suma de la fuerza invalida que muchas de las acciones que la gente es obligada
a hacer y, entonces, niega el deseo; 3º- El deseo es una fuerza motora que
siempre debería buscar la fuerza de su realización en el consentimiento, en la
libertad, en la capacidad de comprender lo que se quiere, desea y se puede vivir,
para no ser vacío. El duce, con minúsculas, es un personaje histórico que en el
caso presentado sólo muestra lo que era, un hombre vil, abusador y que
representa todo lo que se opone a un ideal de humanidad, a una noción deseable
de salud sexual.
“O valor das coisas, não está no tempo em que elas duram. Mas na intensidade com que acontecem. Por isso existem momentos inesquecíveis, coisas inexplicáveis e pessoas incomparáveis....” Atribuido a Fernando Pessoa
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