El amante, valga aclararlo, no lo menciono como el clásico "tercera/o en discordia, sino como el otro que posibilita, alimenta, genera y potencia el amor. No se trata de un tercero, puesto que el amor es una comunicación personalizada entre dos personas. Valga aclarar que uno puede tener relaciones personalizadas con más de una persona (la discusión moral y demás, es importante pero no es univoca para todos y todas).

Debo hacer una segunda aclaración. El amor, también se va. No lo vamos a discutir y, también que el amor no produce el sufrimiento. Pero si nos duele la ausencia del amante, el recuerdo de lo que se compartió y no se puede hacer; nos afecta la indiferencia, el silencio y las imposibilidades que surgen por el amante. Recordemos, por otro lado, que nosotros también somos -o podemos ser- el amante aquél.Pero, también, es el amante que nos permite -¿permitió? ¿permitirá?- el placer de lo que sólo se puede hacer por el encuentro con ese otro, donde nuestro amor puede mostrarse con más esplendor.
Si, definitivamente y, casi a pesar de los amantes, estamos condenados a amar. Ojalá que ese amor encuentre la respuesta en ese amante que, a pesar de tiempo, silencio, o lo que fuera, sigue presente.