Nos gusta las relaciones donde hay magia. Sin embargo, las relaciones buenas, es curioso, no usan magia. Entonces, ¿a qué llamamos magia? A una sintesis no detallada de lo que permite que las cosas funcionen más aceitadamente. Magia es una palabra linda, porque nos permite sorprendernos que lo cotidiano parezcan sólo espacios donde es posible sentirse a gusto con poco y, a eso, darle sentido de plenitud. Así, por citar algunos ejemplos, podemos decir: una sonrisa que sale de la nada, construida sin que se perciba el cómo, pero que emerge con la sinceridad del gesto; el hacer que una tormenta perfecta se transforme en una brisa que refresca; cuando el dolor de algún fracaso se pueda convertir, en un segundo, en el lugar donde se construye un futuro que parece prometedor; hacer que lo aburrido y tedioso sea, de repente, un momento de esos que se atesoran. Son, ejemplos de cosas que pasan en algunas relaciones. Las podemos llamar “la magia de la relación”, pero estamos utilizando una palabra que sintetiza un montón de actividades más concretas, mas trabajadas, mas dedicadas y más reproducibles.
Las
relaciones no son buenas porque hay magia, sino porque hay intentos serios de
mejorar la comunicación, esfuerzos sistemáticos por conocer los pequeños
detalles que construyen el día a día de la otra persona, una convicción en que
la percepción de las asperezas y fragilidades que todos posseemos nos ofrece un
mapa para acompañar, una certeza que el placer no se descubre de la nada, sino
que se recorre por las sendas que la otra persona menciona quedamente, muchas
veces sin palabras.
Tal
vez, cuando uno se da cuenta que la magia es dedicación, trabajo, entrega,
disposición, presencia, escucha, confianza y serenidad, uno empieza a sentir
que uno navega donde va descubirendo, conociendo y sintiendo. Allí, cuando uno
sabe lo que sabe, la magia, sólo es una palabra para sintetizar lo que ya se
descubrió: que el otro, no es un enigma, sino encuentro que deseamos de tal
modo que la intimidad no es más que una forma especial de comunicación.
Ojalá
que la magia nos espere en todo camino que hagamos.
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