1-La educación
sexual integral: no debería existir dudas de su necesidad, urgencia e irrevocable
premura en realizarla. Es más, voy a sostener que no hacerla, o interferir en
ello, es una de las formas que tenemos de evitar dotar a las personas de
herramientas útiles para hacer frente a muchos problemas concretos que nos
afectan, incluido la violencia. Lo diré: la Educación sexual integral si sigue
una “ideología”. Aquella que toda la humanidad, a través de los siglos y de
muchas manifestaciones espirituales y sociales, ha puesto como norte real: el
otro es importante porque es otro. La alteridad y la diversidad como valor
incuestionable de la humanidad. La Educación sexual integral realizada
correctamente, compréndalo, sirve para dar conocimientos válidos, habilidades fundamentales
y valores concretos para hacer frente a los problemas que el vivir nos plantea.
2- El desarrollo
sistemático del acceso universal y completo a la salud como una de las formas
esenciales de prevenir, resolver, tratar y promover cuestiones tan complejas
como es la violencia, no solo por sus efectos visibles sino, también, aquellos que
parecen intangibles pero que son reales y producen daño. Esto incluye la salud
sexual como derecho postergado, pero imprescindible.
3- Un sistema
socio-jurídico: que garantice que el acceso a la justica, pase por la noción de
equidad y que no haya razón alguna para que la discriminación no sea una forma
arcaica y que, utopía mediante, debe ser suprimida como comportamiento de
nuestra sociedad. Esto incluye una lucha también contra la corrupción, que
atenta, en democracia, principalmente, a los Derechos Humanos.
Combatir la violencia
activamente, promover la paz, aún más efectivamente. Las Naciones Unidades han
planteado desde hace unos años y, hasta el 2030, una campaña de los 16 días de activismo
contra la violencia de género. Desde el 25 de noviembre, Día Internacional para
la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y se extiende hasta el 10 de
diciembre, Día de los Derechos Humanos. La campaña de esta organización
internacional está bajo el nombre ÚNETE y el slogan general es “Pinta el
mundo de naranja”. Cada año desarrolla un tema global, el del 2020 es: ¡Financiar,
responder, prevenir, recopilar!”
Si lo pensamos,
esta campaña se orienta a lo que más deseamos como seres humanos y como
sociedad: Sumar para la paz, que incluye eliminar toda violencia; Crecer en la
solidaridad, que precisa aceptar la diferencia y respetarla; Desarrolla la
inclusión que exige la equidad y la justicia No puedo entender que alguien
crea, en nuestro país, que esto va en contra de valores que todos deseamos para
nuestro país.
Realmente, es difícil creer y entender que haya quienes estén en contra de estos valores
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