Aceptemos que es un día que podría servir para pausas y recuerdos, para
revalorizar cosas o para, en ocasiones “quedar bien”. Porque el Valentine´s day
(Hollywood contribuyó largamente a esto) es un día pensado para el romance o,
en realidad, en la mayoría de los casos, para los condimentos para el romance.
Así flores, bombones, champagne –o algún trago con alcohol-, tal vez regalos
–lencería, sobre todo, ¡el sesgo está! -, quizás algún juego (una fantasía se
puede intentar). Si se puede, protocolos mediante, lugares especiales, sorpresas,
cenas y viajes. También habrá de mínima: tarjetas, reconvertidas en digital,
con muchos (demasiados para mi gusto) “reenviados” por whatshapp, por lo
general con una imaginación, en humor y mensajes, deplorables y, también, se
puede agregar un largo reciclado de frases y poemas copiados y una que otras
cositas más. Obviamente, aun imaginamos que alguna vez el día de San Valentín
tendrá los condimentos especiales que imaginamos: un lugar ideal, con
circunstancias maravillosas y en compañía de la persona que uno ama. Otras, la
mayoría, uno se acomoda con lo que hay.
Pero bueno, con todo el menú de opciones
disponibles, aunque no siempre disponible para todos y todas, cada cual lo
termina montando como quiere, como dicen por allí. Está claro que esa consigna
suena bien, pero, generalmente, se lo hace no como se quiere, sino también como
se sabe y se puede. Este es el primer indicio a tener en cuenta. Puesto que la
ventaja que hay en esto es que lo que se sabe, implica que se puede aprender y,
esto, conlleva otra cuestión esencial, cuando más se aprende, más se sabe, más
fácil que pueda hacerlo como quieras. O sea, si estás en pareja, siempre es
bueno aprender lo que el otro desea para hacer un día de San Valentín, si te
apetece, a medida de la otra persona. Pero como lo que se aprende hay que
practicarlo, lo pueden hacer todos los días que quieras.
Porque lo que interesa comprender que un día
especial tiene antes y después. O sea, asumir que si queremos que el romance sea
una constante de vida y el erotismo (con todo lo que aprendemos a cultivar) se mantenga
como una forma de encontrarse con quien deseamos, del modo que nos descubrimos
capaces del placer, empoderados en nuestros sentires y dispuestos a ser quienes
bordamos nuestras vivencias, pues hay tarea a hacer y cosas a aprender.
Lo que quiero señalar es que el día de San Valentín sigue siendo un día
más en medio de lo que esperamos: un camino donde el amor debería ser un hilo
conductor. Un día más en el reino del amor es más que un simple día especial,
es una forma contundente de hacer lo cotidiano como una buena costumbre. Pero
los seres humanos parece que necesitamos días para acordarnos de las cosas
simples, bellas y concretas que hacen nuestra humanidad.
Así que les deseo: ¡Feliz día de San Valentín! y que tengan la mejor salud sexual posible (sea cuando fuera el día que leas esto).
