jueves, diciembre 28, 2023

Deseos 2024

 

Porque creo que está bien pensar un momento lo que se vive y lo que queremos en este momento, absurdamente simbólico, que es cambiar un número de la fecha, es que renuevo deseos, como una tentativa más de marcar un rumbo.

Este año puede pasar de todo, pero también el intentar que las cosas sean un poco más como uno quiere, busca, necesita y desea. Así que, porque es bueno pensar así, van mis pequeños deseos.

Siempre deseo que esas personas por las que uno siene amor, con la sencilla convicción de saberlo real, sincero, inevitable e imprescindible, estén bien, que puedan disfrutar casi todo y que los vaivenes de la vida, a veces inevitalbes, sean siempre generosos con ellos. 

Desearía que sea más fácil pensar en intimidad para cada uno de nosotros. Eso significa que cada uno decida que intimidad tiene con cada cual realmente y no que se vea compelido por las etiquetas. Intimidad es una palabra increíble y potente que implica el hecho simple de permitirse (uno lo hace) alguna desnudez con alguien porque siente la seguridad real que esa potencial fragilidad expuesta está protegida. No todos pueden hacerlo del mismo modo y no todos pueden bancarse cualquier desnudez. Pero si es deseable que todos y cada uno de nosotros tengamos con quien permitirnos la intimidad que decidamos del cuerpo, del alma, del pasado, de los errores, de las necesidades, de los deseos. Por eso uno sigue pensando lo mismo: que la compañía sea deseable y decidida para que la intimidad sea mayúscula.

Deseo que los besos siempre parezcan nuevos, por más que haya años besándose, porque besar es un intento de respirar al otro con cierta certeza de hablar de otro modo. Deseo, obviamente, que las caricias siempre tengan la memoria de la piel, porque quisiera que no haya amnesia para el cariño. Como también espero que siempre los abrazos sean un traje a medida de uno como esas formas humanas que tenemos de recrear la maravillosa sensación de sentirse contenido un instante con perfume de eternidad.

Deseo que el baile siempre sea una invitación a liberarse un poco y encontrase otro poco. También que haya, por lo menos, un libro capaz de nutrir, que la conversación sea capaz de crear que esos momentos sean coleccionables y que forman nuestro propio diario de la vida

También creo que debemos desear que el sexo -con quien queramos- esté decididamente presente del modo que nos permitamos pero que siempre tienda a ser placentero – o intentarlo con seria convicción y decisión-. Al final, recordemos, sólo importa que los que participan puedan decidirlo libremente. Por ello, que tener sexo sea artesanal tanto como acompañar, siempre hay un universo erótico en cada uno a descubrir o recorrer.

Deseo que la risa sea una forma de estar y de acompañar. La risa compartida siempre es la elocuencia de una relación que cuenta que en ese momento se sabe estar presente. Como también, que seas capaz de ver la sonrisa espontánea en los rostros que amas, no hay tónico más energizante. Deseo, también, que no falten lágrimas de emoción para mostrarte que tu sensibilidad está viva, coleando y dispuesta. Y si tocan las otras, las de algún dolor, deseo que haya otro que sea capaz de ofrecerte un pañuelo, un silencio, una palabra, un abrazo, una pausa para que el dolor se sienta pasajero.

Deseo, con ferviente devoción, que encuentres una poesía que te diga lo que tu mente está esperando, porque ordena las palabras del modo que son el código exacto para tu sensibilidad.

Deseo que tu cabeza y, ojalá, tu cuerpo tenga la ocasión de un viaje por lo menos, donde nos permitimos la sorpresa de estar donde somos extranjero y encontrarnos que eso no impide ser felices, ser quienes somos y ser recibidos de una forma que nos enaltece como especie.

Deseo que la diversidad inevitable te bañe de algún modo y, al hacerlo que sientas que ahí está el verdadero mandato de nuestra humanidad: la alteridad siempre, la comunicación permanente y la riqueza del encuentro al alcance de la mano dispuesta y de la mente disponible.

Deseo que los amigos hagan lo que siempre han hecho acompañar como han podido y, seguramente, con variados éxitos en tanto tiempo vivido. Al final de cuentas ellos te harán tu elogio real, aun basado en ficciones, cuando lo precises. Como también te dirán esas verdades necesarias cuando te pierdas en los senderos absurdos que cada tanto deambulamos, porque somos humanos.

Deseo que tu trabajo sea ese delicado equilibrio que necesitamos entre una rutina aceptable, un desafío preciso y estimulante de pasión esperable. También que te genere algo de lo necesario para vivir con cierta calma. También que tengas ese pasatiempo que te ayuda a canalizar otros deseos, creaciones y que hace que el tiempo pase de otro ritmo.

Deseo que las mesas, donde se comparten café o comidas, siempre sean el terreno para que la charla crezca al ritmo locuaz de los pequeños delirios, las eternas quimeras y las realidades que nos ayudan en el cotidiano.

Deseo que alguna de las utopías que siempre creíste, este año, parezca realidad o que, por lo menos, sepas que vale tanto como para seguir caminando hacia ella.

 

24/12/2023

lunes, diciembre 18, 2023

Fiestas

 

 
Las fiestas llamadas religiosas tienen la particularidad de ser muy humanas. Es decir, son rituales que tienen un sentido y expresan una forma de ver el mundo. Podes creer mucho o poco, pero tienen, en ocasiones, ese magnetismo positivo que te hace, cuando participas, que hay algo de bueno en ello. Todos saben que la navidad, que se celebra oficialmente mañana pero que todos lo sabemos qué se hace esta noche tiene algo de eso.

Una fiesta de carácter religioso porque un día se decidió que así sea y las historias de porque se elige el 25 de diciembre no tiene un correlato estricto con el evento que se celebra: el nacimiento de un tal Jesús, que la religión católica lo reconoce como hijo de Dios. A pesar que hoy en nuestro país la población de practicantes ha disminuido, que han crecido en número de creyentes de otros credos y que también ha crecido cierto desapego formal y evidenciado con respecto a la religión, la navidad resiste como festividad. Si, claramente nos gusta la celebración de esta fiesta, independiente de cuestiones de creencias. Tal vez, no de la fe y de los símbolos. Aunque no por la misma razón que la fe indica.


A ver, la navidad, como festividad es una razón que nos permite reunirnos como familia o con afectos alrededor de una mesa que se la prepara con esmero en los detalles, con delicadeza en los sabores y con dedicación en la comida. Una excusa simple que permite que nos vistamos para la ocasión, a veces, exportando colores que tengan que ver con cierta pureza y mucha alegría. Nos afanemos en pensar regalos para ofrecer a personas por las que nos une algún tipo de sentimiento y que ese día nos lo permitimos expresar de otro modo. Sabemos que vamos a comer como si no hubiera mañana y que, posiblemente vamos a beber para celebrar todo el mundo, el hecho de estar juntos en ese momento. Luego a las 12 de la noche, tal cuento infantil, como el nuevo día es a 25 brindaremos al unísono como si eso creará una voz que pensamos universal, o por lo menos muy nacional donde nos sumergimos en la fantasía, maravillosa e irreal ilusión que todos estamos contentos por lo que está pasando. Brindaremos por la paz, por el amor, por la alegría y por estar. También, esa noche, en algunos sitios la gente bailara para que la fiesta siga y la diversión se prolongara. Si eso lo hacemos circulando de casa en casa, como en otros tiempos, sabremos que en todos lados se nos recibirá con una alegría a veces inusitada, pero con cierta sinceridad. En Navidad a todos se saludan como hermanos, podemos afirmar.

Pues eso que llamamos con simplicidad “espíritu navideño”, tal vez, sea donde radica la esperanza humana. Ese lugar donde creemos y nos permitimos que salga y se corporice la tentativa de disfrutar el presente, de opacar la rivalidad, de liberar cierta solidaridad y creer, por un instante que podemos ser felices con el simple hecho de compartir lo que hay con los que estamos.

Pero, pienso, nos falta, en ocasiones, que no quede como un sueño de una noche de verano (cada vez más caliente por la crisis climática), sino como una promesa con nosotros mismos de ampliar lo esencial de eso que nombramos sin necesidad de creer como navidad y que no es otra cosa que el otro tiene importancia porque es otro y no más. Quizás eso sería la navidad, celebrar que otro nació, siempre recordando que nosotros somos ese otro para los demás. Así que feliz dia de la humanidad, se podría decir. 

viernes, diciembre 08, 2023

Un día importante

 

Hoy es 10 de diciembre de 2023. Lo pueden saber simplemente por ver la agenda. Pero hay fechas, esta es una, que resumen muchas ideas con mucha historia y, por lo tanto, son como altos en el camino para pensar y, sobre todo, energizarse o comprender el camino que debemos transitar. Hoy es el Día de los Derechos Humanos, también es la asunción de un nuevo presidente en nuestro país, para que el ciclo continúe y se conmemora 40 años de democracia ininterrumpida. Son razones para una pausa en el camino y respirar sintiendo esto como un hábito saludable y, así, pensar en el camino realizado y en el que viene.


Particularmente cuando pensamos en Derechos Humanos, muchas veces, lo pensamos en términos de la realidad que nos toca vivir. En muchos de los casos porque los hemos adquirido por diversas razones, pero, señalemos que, aun no son tan universales como deseamos. En muchos lados del mundo existen personas a las cuales sus Derechos Humanos son violados sistemáticamente. Donde se obliteran los caminos para acceder a ellos (también en nuestro propio país, aunque nos duela). O sea, que esos derechos son universales como deseo, pero, irregulares en las posibilidades de usufructuarlos. Dentro de esos Derechos Humanos hay varios y, obviamente, algunos nos pueden parecer más urgentes y necesarios (derecho a la vida y a la dignidad) pero todos son importantes y esenciales porque tienen que ver con nuestra propia naturaleza. Desde hace unos años se ha tomado conciencia que los Derechos Humanos, por la misma definición de humanidad, no puede dejar fuera del razonamiento a los Derechos sexuales. No respetarlos, defenderlos y generar posibilidades de su expresión limita nuestra humanidad.

Cuando enunciamos que hay derechos sexuales que forman parte de los Derechos Humanos, estamos
diciendo que existen derechos que se fundamentan en instrumentos internacionales y regionales sobre derechos humanos, en constituciones y leyes nacionales, en principios y estándares de derechos humanos, así como en el conocimiento científico relacionado con la sexualidad y con la salud sexual. Es decir, lejos de ser un capricho es inmanente a la condición humana, a la dignidad, a lo saludable y al porvenir.


Actualmente hay enunciados 16 derechos sexuales (se puede acceder a la lista fácilmente). Pero me quiero detener en algunos de ellos que en nuestro país son vitales porque, estoy persuadido (valga como homenaje) que pueden garantizar no sólo nuestra democracia, sino el avanzar hacia una sociedad más saludable. El primero de la lista es esencial: como seres humanos tenemos el derecho a la igualdad y a la no-discriminación. Sobre eso, ya podemos crear una sociedad más justa, equitativa, creativa y saludable, sin dudas. Podemos comprender que aún nos falta para llegar a eso, pero como casi todo, comprender el objetivo nos facilita el camino. El otro Derecho que quiero rescatar de los 16 –aunque, insisto en la obviedad: todos son importantes, vitales y necesarios- es el enunciado como en el quinto lugar: el derecho a una vida libre de todas las formas de violencia y de coerción. Nuestra sociedad ha avanzado con leyes para evitarlo, sin dudas. Quizás, en estos 40 años de democracia la gran deuda es la inequidad que aún persiste y, por ello, confiamos que se redoblen los esfuerzos para combatirla, porque por allí debemos andar. No por nada, nuestro preámbulo lo pone como condición sine qua non para ser país.

Como no puede ser de otro modo, porque creo en ella, pero, sobre todo, porque sé que es un camino cierto para lo que se pretende, es el derecho numerado como 10: El derecho a la educación y el derecho a la educación integral de la sexualidad. Hacer realidad eso es crear cimientos firmes, la verdadera piedra angular de lo que aspiramos un país, donde vivir sea exactamente, como esa utopía que soñaron muchos ancestros y que nosotros aun deseamos: un lugar de paz y felicidad.

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