Deseos para el 2026
No creo en la ley de la atracción. Me parece una de las famosas simplificaciones del siglo XXI. Creo que desear las cosas es imprescindible para el ser humano, creo que saber eso es vital. También que saber y decir lo que se desea, aunque sea al tipo o a la mina del espejo siempre es importante. Pero creo que las cosas se consiguen cuando uno se lo permite, trata de hacer algo al respecto, sabe que hay imponderables que no podemos manejar y que, cuando por desgracia, pasan, hay que adaptarse y volver a imaginar deseos y seguir por la senda que nos toca en suerte, o la que vamos eligiendo. Como también sé que, en ocasiones, esos deseos se pueden volver realidad.
Por ello, siempre creo que desear es saludable y escribirlos es una forma literaria de ordenarlos, compartirlos (¡quizás!) y decir, eso quiero para ti, también. Dado esto les presento los deseos que redacté para ese año nuevo que empezará. Son deseos que los quiero para mí y si te gustan, es fácil, también pueden ser los tuyos: Porque lo bueno, siempre es mejor si les pasa a otras personas también.
Deseo salud
porque aprendemos, por las buenas o por las malas, que ella no es infinita y la
necesitamos para todo. Pero, como dicen, a Dios rogando y con el mazo dando,
que toque mucha o poca salud está bueno, pero a laburar para que se mantenga y
mejore como un hábito.
Deseo que
nos equivoquemos sin miedo, pero que siempre que lo hagamos, pidamos disculpas
con devoción. Deseo que los caprichos sean lúdicos siempre y nunca hablen de
identidad, lo que hoy me parece muy de moda y nos afecta. Ojalá que
reemplazamos los "te amo" indiscriminados en las redes, por muchos
más "te amo" mirando a los ojos, abrazados, presentes.
Deseo que
haya un libro impredecible que leamos y nos permita la discusión plena de
entusiasmo y encuentro y que lo descubramos caminando por otros muchos libros.
Que el cine vuelva a reinar, porque hay magia en la sala oscura, como así
también que el teatro esté presente como si fuera domingo.
Siempre
deseo que el sexo sea constante, aunque más cotidiano y permanente sea siempre
el deseo. Porque deseo que la piel siempre sea encuentro, placer y necesidad.
Siempre consentido. Quiero que la desnudez sea sinceramente disfrutada y que siempre
diga poesía. Que los besos sean una de las formas sagradas de comunicar lo
imprescindible estando presente.
Deseo que
el arte sea parte de la vida. Como sea. Con pretensión por tus talentos o sino,
por la necesidad vital de expresar que debemos tener, habitar y procurar.
Que el
baile diga presente como una prescripción defendida a rajatabla. Porque el
baile es complicidad, conexión, entrega, acoger, alegría y sentires. Bailar es
subirse instantes a ese universo donde el perfume es paz y placer. Como también
que los versos sean dichos en voz alta, leídos o creados, pero sentidos
siempre. Que la música de siempre este evocando momentos irrepetibles y que
nueva música sea tatuada a lo que va surgiendo.
Que haya
más besos y abrazos, porque nunca, nunca jamás, son pocos. Por eso, deseo que
tengas tantos abrazos y besos en ti, de modo que puedas ofrecerlos como
corresponde, con la natural espontaneidad con que se respira y sin los retaceos
de los que economiza por necesidad o avaricia. Como también deseo que alguien
siempre me los pueda ofrecer.
Deseo una
discusión cada tanto, no para tener razón ni perturbar, sino para que el
cerebro este activo. También deseo que los dilemas no sean laberintos y que los
laberintos, siempre tengan su hilo ("Arianas",
por favor, no me abandones).
Deseo que
nunca tenga sentido el racismo o la xenofobia, porque la vida nos enseña que
siempre es un otro el que nos permite crecer, ser felices y más plenos. Deseo
la pequeña felicidad infinita que se esconde en un momento compartido, porque
al ser mortales, allí saboreamos la inmortalidad.
Deseo que
estén los amigos que sean, pero que sean amigos en la vida real y no en
capturas de pantallas. La amistad sólo se mide en gestos plenos de sentires y
presencia, la que fuera y nunca en imágenes hermosas tiradas al mundo digital.
Deseo
siempre viajes. O tal vez, lo necesario para ello, porque después depende de
factores que no siempre manejamos: tiempo, dinero y cosas terrenas. Pero el
deseo de viajar que nace de imaginar lugares, disponer el espíritu, estimular
la curiosidad, ansiar descubrir, intentar lo diferentes y redescubrir lo
conocido. Todo eso depende sólo de ti. No obstante, como un mantra, imagina un
lugar ya conocido, un lugar exótico y el viaje siempre deseado, una y otra vez.
Deseo que la
familia, la que uno quiera, siempre sea motor, ancla, alas y universo.
Para mi
hijo, deseo el todo vestido de cotidiano. El aprender tejido en experiencias.
La curiosidad atravesada en descubrir. La protección como deseo central y al que,
por eso, renunciaría a todo. Pero que nunca opaque la aventura de vivir.
Deseo esa
felicidad que se viste de ternura y se hace contagio. En definitiva, la vida
sólo depende de las cosas simples. Por eso, este año, ojalá seas amado y puedas
amar. Por allí, todo está resumido, sintetizado y se hace posible.
Diciembre 2025
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