jueves, diciembre 28, 2023

Deseos 2024

 

Porque creo que está bien pensar un momento lo que se vive y lo que queremos en este momento, absurdamente simbólico, que es cambiar un número de la fecha, es que renuevo deseos, como una tentativa más de marcar un rumbo.

Este año puede pasar de todo, pero también el intentar que las cosas sean un poco más como uno quiere, busca, necesita y desea. Así que, porque es bueno pensar así, van mis pequeños deseos.

Siempre deseo que esas personas por las que uno siene amor, con la sencilla convicción de saberlo real, sincero, inevitable e imprescindible, estén bien, que puedan disfrutar casi todo y que los vaivenes de la vida, a veces inevitalbes, sean siempre generosos con ellos. 

Desearía que sea más fácil pensar en intimidad para cada uno de nosotros. Eso significa que cada uno decida que intimidad tiene con cada cual realmente y no que se vea compelido por las etiquetas. Intimidad es una palabra increíble y potente que implica el hecho simple de permitirse (uno lo hace) alguna desnudez con alguien porque siente la seguridad real que esa potencial fragilidad expuesta está protegida. No todos pueden hacerlo del mismo modo y no todos pueden bancarse cualquier desnudez. Pero si es deseable que todos y cada uno de nosotros tengamos con quien permitirnos la intimidad que decidamos del cuerpo, del alma, del pasado, de los errores, de las necesidades, de los deseos. Por eso uno sigue pensando lo mismo: que la compañía sea deseable y decidida para que la intimidad sea mayúscula.

Deseo que los besos siempre parezcan nuevos, por más que haya años besándose, porque besar es un intento de respirar al otro con cierta certeza de hablar de otro modo. Deseo, obviamente, que las caricias siempre tengan la memoria de la piel, porque quisiera que no haya amnesia para el cariño. Como también espero que siempre los abrazos sean un traje a medida de uno como esas formas humanas que tenemos de recrear la maravillosa sensación de sentirse contenido un instante con perfume de eternidad.

Deseo que el baile siempre sea una invitación a liberarse un poco y encontrase otro poco. También que haya, por lo menos, un libro capaz de nutrir, que la conversación sea capaz de crear que esos momentos sean coleccionables y que forman nuestro propio diario de la vida

También creo que debemos desear que el sexo -con quien queramos- esté decididamente presente del modo que nos permitamos pero que siempre tienda a ser placentero – o intentarlo con seria convicción y decisión-. Al final, recordemos, sólo importa que los que participan puedan decidirlo libremente. Por ello, que tener sexo sea artesanal tanto como acompañar, siempre hay un universo erótico en cada uno a descubrir o recorrer.

Deseo que la risa sea una forma de estar y de acompañar. La risa compartida siempre es la elocuencia de una relación que cuenta que en ese momento se sabe estar presente. Como también, que seas capaz de ver la sonrisa espontánea en los rostros que amas, no hay tónico más energizante. Deseo, también, que no falten lágrimas de emoción para mostrarte que tu sensibilidad está viva, coleando y dispuesta. Y si tocan las otras, las de algún dolor, deseo que haya otro que sea capaz de ofrecerte un pañuelo, un silencio, una palabra, un abrazo, una pausa para que el dolor se sienta pasajero.

Deseo, con ferviente devoción, que encuentres una poesía que te diga lo que tu mente está esperando, porque ordena las palabras del modo que son el código exacto para tu sensibilidad.

Deseo que tu cabeza y, ojalá, tu cuerpo tenga la ocasión de un viaje por lo menos, donde nos permitimos la sorpresa de estar donde somos extranjero y encontrarnos que eso no impide ser felices, ser quienes somos y ser recibidos de una forma que nos enaltece como especie.

Deseo que la diversidad inevitable te bañe de algún modo y, al hacerlo que sientas que ahí está el verdadero mandato de nuestra humanidad: la alteridad siempre, la comunicación permanente y la riqueza del encuentro al alcance de la mano dispuesta y de la mente disponible.

Deseo que los amigos hagan lo que siempre han hecho acompañar como han podido y, seguramente, con variados éxitos en tanto tiempo vivido. Al final de cuentas ellos te harán tu elogio real, aun basado en ficciones, cuando lo precises. Como también te dirán esas verdades necesarias cuando te pierdas en los senderos absurdos que cada tanto deambulamos, porque somos humanos.

Deseo que tu trabajo sea ese delicado equilibrio que necesitamos entre una rutina aceptable, un desafío preciso y estimulante de pasión esperable. También que te genere algo de lo necesario para vivir con cierta calma. También que tengas ese pasatiempo que te ayuda a canalizar otros deseos, creaciones y que hace que el tiempo pase de otro ritmo.

Deseo que las mesas, donde se comparten café o comidas, siempre sean el terreno para que la charla crezca al ritmo locuaz de los pequeños delirios, las eternas quimeras y las realidades que nos ayudan en el cotidiano.

Deseo que alguna de las utopías que siempre creíste, este año, parezca realidad o que, por lo menos, sepas que vale tanto como para seguir caminando hacia ella.

 

24/12/2023

lunes, diciembre 18, 2023

Fiestas

 

 
Las fiestas llamadas religiosas tienen la particularidad de ser muy humanas. Es decir, son rituales que tienen un sentido y expresan una forma de ver el mundo. Podes creer mucho o poco, pero tienen, en ocasiones, ese magnetismo positivo que te hace, cuando participas, que hay algo de bueno en ello. Todos saben que la navidad, que se celebra oficialmente mañana pero que todos lo sabemos qué se hace esta noche tiene algo de eso.

Una fiesta de carácter religioso porque un día se decidió que así sea y las historias de porque se elige el 25 de diciembre no tiene un correlato estricto con el evento que se celebra: el nacimiento de un tal Jesús, que la religión católica lo reconoce como hijo de Dios. A pesar que hoy en nuestro país la población de practicantes ha disminuido, que han crecido en número de creyentes de otros credos y que también ha crecido cierto desapego formal y evidenciado con respecto a la religión, la navidad resiste como festividad. Si, claramente nos gusta la celebración de esta fiesta, independiente de cuestiones de creencias. Tal vez, no de la fe y de los símbolos. Aunque no por la misma razón que la fe indica.


A ver, la navidad, como festividad es una razón que nos permite reunirnos como familia o con afectos alrededor de una mesa que se la prepara con esmero en los detalles, con delicadeza en los sabores y con dedicación en la comida. Una excusa simple que permite que nos vistamos para la ocasión, a veces, exportando colores que tengan que ver con cierta pureza y mucha alegría. Nos afanemos en pensar regalos para ofrecer a personas por las que nos une algún tipo de sentimiento y que ese día nos lo permitimos expresar de otro modo. Sabemos que vamos a comer como si no hubiera mañana y que, posiblemente vamos a beber para celebrar todo el mundo, el hecho de estar juntos en ese momento. Luego a las 12 de la noche, tal cuento infantil, como el nuevo día es a 25 brindaremos al unísono como si eso creará una voz que pensamos universal, o por lo menos muy nacional donde nos sumergimos en la fantasía, maravillosa e irreal ilusión que todos estamos contentos por lo que está pasando. Brindaremos por la paz, por el amor, por la alegría y por estar. También, esa noche, en algunos sitios la gente bailara para que la fiesta siga y la diversión se prolongara. Si eso lo hacemos circulando de casa en casa, como en otros tiempos, sabremos que en todos lados se nos recibirá con una alegría a veces inusitada, pero con cierta sinceridad. En Navidad a todos se saludan como hermanos, podemos afirmar.

Pues eso que llamamos con simplicidad “espíritu navideño”, tal vez, sea donde radica la esperanza humana. Ese lugar donde creemos y nos permitimos que salga y se corporice la tentativa de disfrutar el presente, de opacar la rivalidad, de liberar cierta solidaridad y creer, por un instante que podemos ser felices con el simple hecho de compartir lo que hay con los que estamos.

Pero, pienso, nos falta, en ocasiones, que no quede como un sueño de una noche de verano (cada vez más caliente por la crisis climática), sino como una promesa con nosotros mismos de ampliar lo esencial de eso que nombramos sin necesidad de creer como navidad y que no es otra cosa que el otro tiene importancia porque es otro y no más. Quizás eso sería la navidad, celebrar que otro nació, siempre recordando que nosotros somos ese otro para los demás. Así que feliz dia de la humanidad, se podría decir. 

viernes, diciembre 08, 2023

Un día importante

 

Hoy es 10 de diciembre de 2023. Lo pueden saber simplemente por ver la agenda. Pero hay fechas, esta es una, que resumen muchas ideas con mucha historia y, por lo tanto, son como altos en el camino para pensar y, sobre todo, energizarse o comprender el camino que debemos transitar. Hoy es el Día de los Derechos Humanos, también es la asunción de un nuevo presidente en nuestro país, para que el ciclo continúe y se conmemora 40 años de democracia ininterrumpida. Son razones para una pausa en el camino y respirar sintiendo esto como un hábito saludable y, así, pensar en el camino realizado y en el que viene.


Particularmente cuando pensamos en Derechos Humanos, muchas veces, lo pensamos en términos de la realidad que nos toca vivir. En muchos de los casos porque los hemos adquirido por diversas razones, pero, señalemos que, aun no son tan universales como deseamos. En muchos lados del mundo existen personas a las cuales sus Derechos Humanos son violados sistemáticamente. Donde se obliteran los caminos para acceder a ellos (también en nuestro propio país, aunque nos duela). O sea, que esos derechos son universales como deseo, pero, irregulares en las posibilidades de usufructuarlos. Dentro de esos Derechos Humanos hay varios y, obviamente, algunos nos pueden parecer más urgentes y necesarios (derecho a la vida y a la dignidad) pero todos son importantes y esenciales porque tienen que ver con nuestra propia naturaleza. Desde hace unos años se ha tomado conciencia que los Derechos Humanos, por la misma definición de humanidad, no puede dejar fuera del razonamiento a los Derechos sexuales. No respetarlos, defenderlos y generar posibilidades de su expresión limita nuestra humanidad.

Cuando enunciamos que hay derechos sexuales que forman parte de los Derechos Humanos, estamos
diciendo que existen derechos que se fundamentan en instrumentos internacionales y regionales sobre derechos humanos, en constituciones y leyes nacionales, en principios y estándares de derechos humanos, así como en el conocimiento científico relacionado con la sexualidad y con la salud sexual. Es decir, lejos de ser un capricho es inmanente a la condición humana, a la dignidad, a lo saludable y al porvenir.


Actualmente hay enunciados 16 derechos sexuales (se puede acceder a la lista fácilmente). Pero me quiero detener en algunos de ellos que en nuestro país son vitales porque, estoy persuadido (valga como homenaje) que pueden garantizar no sólo nuestra democracia, sino el avanzar hacia una sociedad más saludable. El primero de la lista es esencial: como seres humanos tenemos el derecho a la igualdad y a la no-discriminación. Sobre eso, ya podemos crear una sociedad más justa, equitativa, creativa y saludable, sin dudas. Podemos comprender que aún nos falta para llegar a eso, pero como casi todo, comprender el objetivo nos facilita el camino. El otro Derecho que quiero rescatar de los 16 –aunque, insisto en la obviedad: todos son importantes, vitales y necesarios- es el enunciado como en el quinto lugar: el derecho a una vida libre de todas las formas de violencia y de coerción. Nuestra sociedad ha avanzado con leyes para evitarlo, sin dudas. Quizás, en estos 40 años de democracia la gran deuda es la inequidad que aún persiste y, por ello, confiamos que se redoblen los esfuerzos para combatirla, porque por allí debemos andar. No por nada, nuestro preámbulo lo pone como condición sine qua non para ser país.

Como no puede ser de otro modo, porque creo en ella, pero, sobre todo, porque sé que es un camino cierto para lo que se pretende, es el derecho numerado como 10: El derecho a la educación y el derecho a la educación integral de la sexualidad. Hacer realidad eso es crear cimientos firmes, la verdadera piedra angular de lo que aspiramos un país, donde vivir sea exactamente, como esa utopía que soñaron muchos ancestros y que nosotros aun deseamos: un lugar de paz y felicidad.

viernes, noviembre 24, 2023

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer


 

El 25 de noviembre está establecido como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Día aprobado por las Naciones Unidas en

1999, como un recuerdo del asesinato de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, conocidas como las mariposas. Así, este organismo desarrolla campañas que están bajo el lema, desde hace unos años, de 16 días de activismo contra la violencia (desde el 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre, día de los DDHH). El slogan de este año es ¡ÚNETE! Invierte para prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas”.

La palabra invierte nos hace pensar en capital humano implica pensar en medidas adecuadas, completas, integrales y pragmáticas para el desarrollo adecuado completo y permanente de las personas de una población. Obviamente, esto es fundamental para pensar no sólo en bien común, sino en bienestar, en progreso y en términos de porvenir. S

uena como algo necesario y esencial. Tomar las medidas para promoverlo y, también para liberar los frenos que lo impiden. Si pensamos en términos de frenos estamos hablando de los problemas que deberían ser urgentes e imprescindibles a resolver. Entre ellos, definitivamente está el tema de la violencia y, particularmente, el de la violencia contra la mujer porque una sociedad que no considera eliminar lo que frena, inhibe, afecta y hasta destruye a más de la mitad de la población qué es lo que termina haciendo la violencia de este tipo, evidentemente no va a poder concretar el capital en el desarrollo humano. Así, luchar contra esa plaga de la violencia, pasa a ser una suerte de prioridad que debemos ejecutar con todos los recursos necesarios. Eso, valga decirlo, es lo que tienen las prioridades porque estamos diciendo que como sociedad, como personas, vamos a poner todos el mayor esfuerzo para poder concretar esto. Estoy hablando, concretamente, de disponer los recursos sociales, legales, económicos, sanitarios y educativos.  

Veamos esos recursos. Los legales hay buenas noticias, en parte, porque hoy Argentina tiene una legislación, que siempre se puede perfeccionar, pero que contempla muchas situaciones. Pero todos sabemos que una legislación necesita ser aplicada y ahí es donde hay algunos elementos que nos limitan y que deberíamos tratar de actuar sobre eso. Porque la ley se debe aplicar pero también todos mopdemos contriubir a que no sea necesario porque no se la incumple. Para ellos depende de sensibilizar y capacitar. Por eso la ley Micaela es un recurso a nivel social para que la población deje de tolerar ciertas cosas en relación a la violencia, comprendiendo que no es un problema solamente entre dos personas o de la persona afectada, sino que siempre es algo más amplio que afecta al tejido social y que impide que haya posibilidades también de desarrollo para todos y todas. A nivel sanitario no solo se trata de decir que hay un problema si no pensar en soluciones y todos sabemos ya a esta altura del partido que el concepto de salud no es la enfermedad sino también es buscar el mayor bienestar bio psicosocial. La violencia afecta en los tres niveles por eso es obvio poder ver con detalle como la violencia física puede llegar a aparecer y ojalá podamos en algún momento no tener que sufrir por feminicidios esa violencia física extrema, pero también tiene una enorme parte psicológica y tiene la parte social que debe ser considerara por el sistema sanitario. A nivel educativo, ya lo pueden imaginar. La solución pasa por ofrecer herramientas, no solamente de conocimientos, sino también de habilidades y de valores que permitan que las personas adquieran no solo la convicción, sino también las herramientas para hacer frente a la violencia cotidiana. Esto incluye que sea más fácil a cada persona identificar lo que se llama las banderas rojas de la violencia. Que son indicios de que una relación puede ir hacia la violencia. Esto, si uno lee la ley de educación sexual integral.

Pensar seriamente en el futuro también depende que concretemos todo lo necesario para que sea una realidad un mundo sin violencia, el cual será, indiscutiblemente, un mundo mejor. Por eso es hora que asumamos que la propuesta de Angela Davis (activista política por la igualdad de género y la justicia social) es una verdadera propuesta de acción: “No estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar”. Eliminar la violencia es más que una necesidad, es un plan de acción concreto.

lunes, noviembre 20, 2023

Democracia

 


 
Este año celebré los 40 años de egresado de la secundaria. En el discurso final el rector, siguiendo un largo ritual, nos bautizó con el nombre de promoción “Constitución nacional”. Con ese título “zarpamos” de la secundaria hacia la adultez. Justo el año en que la democracia se reinstalaba en el país. Soy, por lo tanto, “hijo” de ese preámbulo que don Raúl Alfonsín trasmitió como una idea de bien común. Luego de 40 años la democracia que nos tocó en suerte tiene problemas. José Saramago, a quien admiró por varias razones, lo sentenciaba directamente diciendo que “la democracia está desnuda y enferma”. En esa realidad estamos y parecemos persistir. La toleramos con sus imperfecciones porque la consideramos mejor que lo que hubo anteriormente. Simplificando, porque es una forma de gobierno que dejo atrás toda dictadura y anarquía y se orientó a la idea utópica y, en ocasiones reales, del bien común que ansiamos.


En esta elección, nuevamente se elegía presidente dentro de un sistema democrático que incluye, tal como si fuera una comunidad, varios integrantes. La democracia no es un presidente –a pesar que tenemos un régimen demasiado presidencialista-. La democracia es un conjunto de personas organizadas en diferentes poderes e instituciones y, también, lo señalemos, incluye a los ciudadanos. No es una sola persona, aun la delirante o la que cree que el camino es demasiado a la derecha, sino les a suma del poder social que nos incluye como gente de a pie, pero también a los otros poderes, repito vehementemente.

Ahora bien, en una democracia se ejerce el voto que, en nuestro país, no creo que sea del modo más óptimo, o sea aquel que garantice la libertad, la democracia y los DDHH, pero eso es harina de otro costal, en estos momentos. Pero, en democracia está claro que el voto es crucial. Porque el voto es la decisión personal que tomamos para elegir a alguien que represente ideas que tenemos, pero, nueva obviedad, no es un cheque en blanco, porque para eso tenemos los recursos, si creemos realmente en la democracia, para que nadie se vaya al carajo en el cargo. Creer en la democracia es eso, permitir que, entre dos personas, en este caso, yo pueda elegir sin que el otro me diga que es antidemocrático elegir por el otro candidato. Volvemos a la vieja proclama de Voltaire, en el imaginario popular, con su famoso: “no estoy de acuerdo con tus ideas, pero voy a luchar para que las puedas decir”.

Democracia es creer que el voto es válido y es un instrumento útil para elegir aun a quien disiente de mis ideas que, por lógica, serán mejores, o más justas, o más equilibradas o más necesarias. Pero también es creer que 40 años después de ese inicio de esta democracia ininterrumpida, tenemos la convicción, la fuerza y los recursos – públicos, privados, sociales e individuales-  para defender a esa democracia cuando nuestro preámbulo se ve amenazada. Una defensa que no puede ser solamente no votes por el otro que es malo.

Hace 40 años terminaba mi adolescencia, prácticamente, desde ese entonces, este último argumento – el otro es malo y yo soy mejor, así que si votas al otro son malo- ya no lo considero válido por madurez. Tal vez, por eso, cuando escucho esas explicaciones, subscribo la idea del premio Nobel portugués quien decía que “es hora de pensar una nueva democracia”. Ojalá sea la que entronice la dignidad humana siempre y contra todo, defienda los Derechos Humanos del pasado, del presente y del futuro y permita que los humildes tengan calidad de vida no en los discursos de personas ricas a costa de los pobres, sino en lo cotidiano, donde pasa la vida que debemos tener.

Francisco J. J. Viola

19/11/2023

jueves, noviembre 16, 2023

Pequeños deseos por un día cualquiera

  

La vida es simple y debería venir con pocas indicaciones. Tal vez si me mirase hoy a mi otro yo –o a mi hijo- le diría algunas pocas cosas que hubiese sido bueno saber de antemano. Les diría que es necesario hacer el mayor esfuerzo de evitar el daño de uno y de los demás, y si se hace,  procurar repararlo. También señalaría expresamente que es una obligación, hasta moral, potenciar el placer al máximo posible, el de uno el de los demás. Hay que hacer lo posible para garantizar la intimidad siempre, como forma de estar y acompañar.

Por otro lado, creo que es posible comer peras, a pesar de la idea de “El Doctor”, aunque, valga decir, cortesía de por medio, que, tal vez, no mangos y, definitivamente, no caqui chocolate. Declaro que intentar la risa y hacer reír es casi una forma de imaginar un mundo mejor, porque el humor combinado entre dos personas tiene secretos que se hacen fuerzas. Pero el resto de lo que ese buen hombre dijo, lo comparto de pe a pa. Porque la ternura solo existe en nosotros y enjaularla debería ser un delito.

Hay que intentar bailar con ganas de decir aquí estoy y compartirlo con la intención de encontrarse y saborear cercanía placer y alegría. Creo que hay buscar el arte como forma de encontrarse, por eso, que la música, el teatro, la pintura y lo que sea esté presente como se puede. Por formas personales que siempre haya una carta escrita, como confesión, promesa y esperanza. Escribir es una obligación que nos debemos.

Es una obligación sublime que haya cafés, porque siempre hay una discusión que nos debemos, donde se construye un poco nada y se cobija entre aromas, reflexiones, delirios e intenciones.

Recordar con letras inmensas que siempre hay personas, alguien por lo menos, por quien todo vale la pena, cualquier sacrificio, enfrentar a no importa que monstruos, si hace falta, aun recorrer el desierto durante 40 dias, porque ellas son oasis, brújulas y esperanza.

Nunca, pero nunca, deben faltar ni besos ni caricias. Si hay Dios, estoy seguro que lo puso como mandamiento, aunque alguien después lo haya quitado bajo fiebre temporal. Como también, ese Dios que imagino, puso al sexo como la forma eficiente de encuentro, entrega, juego y hasta amor, por eso no debe ser Grial y si real

Seamos todo lo simple que nos podemos permitir, para poder hacer que esta complejidad sea llevadera. No nos obliguemos a compartir nada, pero nunca renunciemos a hacerlo porque al compartir desafiamos al universo y a la eternidad por crear momentos totales.

Nos animemos al camino, a la locura, a la paciencia, al reposo, a la mirada, al silencio, a la palabra, a los sentimientos, a las dudas, a las certezas, a los rituales prestados, al carnaval, a la aventura, a las rutinas, al circo, al pequeño ridículo que hace reír, al cariño, a la sonrisa cómplice y a la risa compartida, al ofrecer, al pedir, a la hamaca, al espejo, a la desnudez, al gusto diferente, a lo diverso, a ser normalitos, al ser únicos, a la amistad, a la gentileza, a la prudencia, a la valentía y a tanto más. En definitiva, nos animemos a ser todo lo humanos que tantos otros ya fueron.

Al final cuando lo de Machado se cumpla, sólo quedara si fui lo más fiel a “Mon panaché”.

17711/2023

viernes, noviembre 03, 2023

Parafilias

 

En salud sexual hay un concepto que tiene una historia particular. Es el de la parafilia. Ofensivo, controvertido, habitual y lógico. Veamos esta idea. Comencemos con la definición en su microhistoria. “Para filia” es una palabra de origen griego que sale de la unión de dos vocablos muy utilizados comúnmente παρά (pará), "al margen de", y φιλíα (philía), "amor" y se lo utilizo para hablar específicamente sobre ciertos comportamientos sexuales. La para-filia entonces es tener una actividad sexual diferente a los que los cánones establecen como lo habitual. Algo fuera de lo común para un grupo de personas. Ahora bien, el primer problema que se plantea es la falta de información acerca de la frecuencia de ciertas actividades,
ya que se sabía lo que se decía que se hacía y no lo que se hacía concretamente. O sea, lo no habitual, lo parafílico
, estaba disociado de la realidad. Aquí surge un error conceptual clave: que a lo “habitual” se lo llame “normal”, y lo que es “diferente” por oposición se lo llama “a-normal”, que significa fuera de la norma. Como sabemos, los seres humanos tenemos una tendencia irrefrenable –parece ser- a emitir juicios de valor y de opinión a partir de su lectura parcializada de los hechos. En este sentido, lo a-normal es siempre lo que hay que corregir, según la lógica normalizadora. Los comportamientos que no son “normales”, por ello pasan a pasan a ser malos. Un pasito más, un adjetivo más y, terminamos hablando de desviaciones y de perversiones. Como pueden ver de un paso al otro se llega al camino equivocado también. Entonces, un comportamiento que, aparentemente, no todos hacen es catalogado de anormal, - aun cuando seguramente todos disfrutaban en la intimidad-. Luego de eso, algún avispado intelectual o moral –valga la ironía- lo sentencia como perverso o desviado. Obviamente, eso conduce a clasificarlo como problema y, por lo tanto, a buscar soluciones. Si el problema es sanitario se impone un tratamiento, si el problema es social, se aplican sanciones legales. Un circuito lógico, pero con fallas conceptuales exageradas.

Como suele pasar, estas dos ideas de daño conducen a dos estrategias de control: a nivel sanitario, clasificaciones que definen la perversión en términos de ciertas situaciones que generan problema: diferente, repetido, genera malestar y se mantiene en el tiempo. Del lado legal: sanción disciplinaria intensa. Cárcel y penas desde livianas hasta duras. Terreno fértil para que inocentes, sanos y placenteras personas se vean sacudidos por una oleada moral-sanitaria y legal.

Sin embargo, lo no habitual no puede ser el problema necesariamente, sobre todo a nivel sexual. En este campo, debemos estar regidos por pautas más concretas, específicas y definidas. Si bien cada sociedad tiene derechos a emitirlas como crea mejor, existe una norma superior que debería ser considerada siempre y son la fijada por los Derechos Humanos, por el bien común y por la salud de las personas. En este sentido es adonde se orienta el razonamiento actual en relación a la parafilia.


A nivel de DDHH el límite es claro. En primer lugar, para todo acto sexual debe existir siempre el consentimiento, entendiendo que se considera todo aquello que es consentido de forma libre, informada, por alguien con capacidad de hacerlo, que lo ha expresado clara y específicamente. Dentro del consentimiento, casi todo. El “casi” es porque agregamos una variable importante: el daño potencial o real que se hace. Allí es donde actuamos. A nivel sanitario la que nos debe interesar es cuando el comportamiento sexual genera malestar psicológico (distress) causado por sus tendencias sexuales y no solamente como resultado de la desaprobación o repudio social. Es decir, no puede evitar hacerlo y le genera no sólo inconvenientes sino lo hace sentir mal en algún momento. Allí es donde se debe intervenir. A nivel social sería para garantizar que el consentimiento sea siempre central y que el daño sea siempre evitable. Para ello, leyes y, sobre todo, -inexorablemente volvemos-: educación sexual integral.

La vida sexual siempre debe ser una fuente de placer, bienestar y, potencialmente, el encuentro entre personas que sean capaces de participar a partir de su libertad y la disposición para hacerlo. Dentro de ello, el repertorio que puedan decidir depende de su disposición para hablar, de su imaginación y de su inteligencia erótica. Por ello, sólo nos preocupemos por lo que hace daño de algún modo, de lo que incluya la violencia como forma de dominación, poder y daño y lo que genere luego malestar a la persona. Quizás en esta lógica estemos creando un mundo mejor.

 

domingo, octubre 29, 2023

Relaciones a distancia

 

Las personas necesitamos relaciones y contacto. Esto es algo que sabemos por experiencias propias y hasta por estudios que lo han puesto de manifiesto. ¿Siempre? Si. Aunque hay un matiz empírico que funciona. Podemos adaptarnos y podemos vivir sin eso. Es decir, que el ser humano desde que nace precisa del otro, en general y, en particular, también de otro específico. Sin embargo, podemos pasar largas etapas solos, en este caso, hablamos de estar sin una relación y sin contactos físicos. Pero, la posibilidad de relaciones, la búsqueda de las mismas, el interés en tenerlas no sólo es normal, sino lógico y necesario. También justo. Parafraseando se podría decir “no es bueno que la persona esté sola”. En realidad, no se trata de bueno o malo, sino que en una relación –aclaremos, saludable- se potencia muchas de las posibilidades y se amplía el espectro de la expresión, creatividad y bienestar. Podemos ser mejores y hacer mejores a los demás.

Pero, desde siempre y en este mundo más globalizado puede pasar que las relaciones tengan periodos
donde la distancia interviene y el contacto se interrumpe. De allí que se nos puede presentar una relación a la distancia. Frente a ello dos preguntas surgen ¿es posible ese tipo de relaciones? y si lo fueran ¿Cuáles son las condiciones para que funcione?


La primera, es obvia, si son posibles con un detalle, son posibles las relaciones a distancia, siempre y cuando la distancia sea un periodo y no una constante. Porque la relación se construye, se potencia, se desarrolla, se optimiza y se disfruta en la capacidad de, en el día a día, crear puentes entre la alteridad inevitable con el otro, el recorrer esos puentes para que se pueda crear el “nosotros” constantemente, lo que define a una relación y que, por ese andar se pueda generar la complicidad que hace que toda relación sea no sólo saludable, sino placentera. La comunicación en todas las variantes precisa del encuentro.

Sim embargo, como decíamos, este mundo globalizado pone en el camino, en ocasiones, a que las relaciones convencidas deben pasar etapas a distancia. ¿Pueden sobrevivir? Claro que sí, es lógico, que puedan hacerlo. Pero para ello, es necesario algunos elementos. Considero los siguientes:

1-      El más obvio, pero no por ello tan evidente: comprender y asumir que tenemos una relación con la otra
persona. Una relación es un compromiso que se define en concreto. No sólo se trata de nombres, sino de sintonía de onda, por llamarlo de algún modo. Coincidimos con esa persona, en el tipo de compromiso que nos debemos.

2-      Asumir que la distancia es una etapa, no una lógica de funcionamiento. Toda relación precisa hablar, definir y tener un plan del camino. No estático, no innegociable, no impuesto, sino consensuado. La presencia del otro en el día a día es una necesidad saludable que no se puede renunciar, sino se puede acomodar por etapas.

3-      La comunicación en toda relación es el corazón mismo. Porque ella hace circular, metafóricamente, los sentimientos, que sería la sangre y las actividades comunes, que serían los nutrientes. Si no hay una buena comunicación, no supuesta, sino concreta sobre lo cotidiano, no hay relación posible. Esto implica que si en mi relación a distancia, siempre debo postergar los temas que considero importantes porque estamos a distancia, no es un buen signo para la relación.

4-     
El erotismo, continuando la metáfora vital, son los pulmones de una relación, ya que la sensualidad y el cariño manifiestos son parte del aire que debemos respirar y también uno de los caminos que permite eliminar lo tóxico que a veces puede aparecer. Pero, ¿cómo se trabaja con el erotismo a distancia? Respuesta fácil, programando cosas y optimizando los sistemas de comunicación que existen. Pero, volvemos al punto inicial, comprendiendo que toda pareja precisa del toque concreto de la piel, que los sentidos deben ejercitarse en la cercanía y cuando hay distancia hay que optimizar los recursos de comunicación para generar paliativos, pero siempre con propuestas concretas y efectivas de un plan de encuentros.

Esto no pretende ser una guía. Pero debemos saber que toda relación precisa realidades concretas, tangibles y cercanas. Como hacemos con ello, con esta persona, no es algo heroico o secundario. Es lo importante. Básicamente, si queremos que nuestra pareja funcione a distancia, debemos tomar decisiones, hablar más y, sobre todo, ver nuestros propios límites. Porque toda pareja existe, porque uno decide desde su propia realidad lo que quiere para ser feliz.

viernes, octubre 13, 2023

La diversidad

 La diversidad es riqueza. Es una verdad fácilmente perceptible, altamente reconocida como, también, científicamente valorada. La diversidad no es otra cosa que saber que somos únicos, irrepetibles y verdaderamente diferentes. No existe concepto humano que nos identifica más como especie humana. Un concepto que, valga decirlo, nos impulsa y, sobre todo, nos permite creer que siempre podemos mejorar, porque hay otras formas de ver, pensar, sentir y crear. No por nada en nuestra vida nos afanamos en buscar puntos de encuentro con los demás, porque sabemos que son diferentes.

Entonces, esa diversidad no solo es lógica, sino realmente inevitable. Frente a este hecho, constatado permanentemente, surge la pregunta obligada a pensar y a respondernos: ¿Qué hacemos frente a eso? No existen muchas posibilidades de responder. Creo que únicamente son tres respuestas posibles: atacamos, ignoramos o “aprovechamos”.

Si revisamos la historia de la humanidad sólo veremos crecimientos como individuos y como sociedades cuando no elegimos las dos primeras opciones. Esto es obvio ya que “atacar” o “ignorar” son dos caras de la misma moneda: la utilización de la violencia como recurso. Esto, lo decimos casi todos, es lo que ha generado, históricamente, el deterioro del tejido social y, sobre todo, la involución de nuestra especie. Entonces si de los tres caminos posibles solo uno nos sirve como especie, ¿Por qué insistimos en elegir los otros tantas veces?

No hay respuesta taxativa, pero, claramente, conocemos el recurso para evitarlo: la educación. Porque por ella somos capaces de brindar no sólo conocimiento, sino potenciar los valores que creemos vitales y podemos crear habilidades para la vida. Entonces, la pregunta clave es si ¿somos capaces de educar para la diversidad? Pregunta que tiene una previa: ¿somos capaces de darnos cuenta la necesidad de hacerlo? Lo que, básicamente, está asociado con darnos cuenta si somos capaces de asumir la piedra angular de la humanidad: el otro es vital preservarlo, es axial comunicarnos, es esencial reconocerlo. Sin olvidar el implícito que atraviesa nuestra especie: nosotros, cada uno de nosotros, también somos el otro para alguien.

La diversidad es riqueza. Son formas de ver el universo que estamos construyendo. No pretendo con esto ignorar que el otro también es una complicación tantas veces. Es más, hasta, como diría Sartre, el otro también puede ser “el infierno”. No es idílico lo que quiero plantear. Es más realista. En el otro siempre está el diferente, pero en ese otro, también siempre estará el necesario. El otro es imprescindible. Nuestra humanidad no tiene verdad más contundente que esa. O, quizás luego de la obviedad, somos mortales. Aunque a esa la disfrazamos pensando que viviremos en la memoria de los otros.

La diversidad como riqueza, los puentes como una necesidad, la comunicación como una urgencia. Sobre estos elementos, se puede construir una sociedad más justa, más equitativa, más deseada. Voy a insistir, no como algo mágico, sino como posibilidad concreta de tener lo que aspiramos. Ahora bien, concretamente esto necesita dos elementos claves: una educación orientada a reconocer al otro, potenciar la comunicación eficaz (la asertiva) y eliminar la violencia en todas sus formas y, lo segundo, un sistema social que ordene los recursos y los aplique en pos de potenciar la riqueza de la diversidad y elimine toda forma de violencia (o haga muy difícil que se manifieste).

En lo personal, quizás, el primer paso, sería pensar introspectivamente: ¿cuál de nuestras diferencias –porque la tenemos- es la que ha ayudado a crear un mundo mejor? Ser diferentes es nuestra verdad innegable, como también la contraparte, con ello somos capaces de crear mundos solidarios. ¿no sería bueno de insistir en esto? 

domingo, octubre 08, 2023

La ESI y el debate


 El pasado domingo se  hizo el primer debate presidencial. Hoy toca el segundo. Una impecable
organización con una débil performance de los protagonistas. Pero eso no es lo que en esta columna nos interesa. Uno de los puntos que tocaron, casi de pasada y sin la pertinencia que tiene, cosa entendible por un país con tantas urgencias, fue la pertinencia de la ESI (Educación sexual Integral). Algo que hemos tratado con cierta insistencia. El sesgo profesional se nota. Como sabrán muchos, quizás ya deberían ser todos, la ley 26150 crea le programa Nacional de Educación sexual en el 2006. A partir de allí se utilizaron diferentes estrategias para poder avanzar en esta educación concreta, urgente, necearía, inevitable. Esto con éxitos o logros irregulares, no homogéneos y no en todo el territorio de nuestro país federal. Pero se hizo cosas. Tal vez sea bueno recordar que nuestra constitución nacional en su preámbulo reza (ordena o impone) una lógica total: “
afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”.

Dos cosas centrales en esto, lo bueno que podemos hacer como país, siempre debe ser federal y para quienes lo habitan. Lo segundo, que, en este caso, queda claro que se utilizó el genérico de “nombre” para todas las personas, pero ya deberíamos cambiarlo. No sirva como argumento para los apresurados y que buscan beneficios muy particulares, pero podemos coincidir que se podría modificar la constitución y hasta podría sugerir algunos aportes. Pero eso es otro cantar.

Volvamos a nuestro debate y sigamos la senda de nuestra Constitución en ese preámbulo. La educación sexual integral es una herramienta educativa altamente probada, eficiente y concreta que mejora la vida de las personas si, como toda herramienta debe ser utilizada correctamente. Es decir, seguir con los mejores lineamientos (por ejemplo, UNESCO, programas basados en la evidencia) e implementada de manera concreta, progresiva y constante.

¿Para que sirve? Para mucho, pero pensando en la constitución, daría útiles, fortalecería valores y haría incorporar habilidades en los educandos para que logren conseguir “promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad,” aceptando que las otras personas merecen también lo mejor, dicho en términos de educación sexual, aceptar la diversidad humana por la riqueza que implica y comprender que en el trato a la diversidad se funda la dignidad humana, la nuestra y la de nuestro pueblo.

Una educación sexual de calidad garantiza que la violencia no sea el camino (básicamente evita la grieta), procura comprender la importancia del bien común y de los Derechos Humanos (motiva para desterrar la corrupción), favorece la constitución de relaciones más saludables (lo que nos permite pensar en crecimiento como sociedad, que incluye lo económico), fomenta los derechos como urgencia y las obligaciones como imperativo (lo que permitiría salir de cierta anosmia que a veces uno siente en este país.

La educación sexual no resuelve los problemas, pero, estoy convencido y muchos estudios me dan la razón, brinda mejores herramientas para crear el futuro que los candidatos viven insistiendo pero no concretan.

domingo, septiembre 17, 2023

Homenaje al dr. Adrian Sapetti

 En el año 2012 quise publicar un libro Lo armé, lo completé y le pedí a un colega muy reconocido que escribiera un prólogo. El, generosamente lo hizo y el mismo es en sí mismo un texto de maravillas. Al final, ese libro, “Notas sexuales”, no pudo conseguí editar. Sin embargo, ese prólogo lo atesoro.

Hoy, ese colega ya no está con nosotros y me parecía justo rendirle un homenaje publicándolo. Pero también es una forma de recordar la generosidad que tuvo (que a veces nos escasea), la delicadeza en la escritura (que no es tan presente) y el gesto de hacerlo, una forma de mostrar el cariño con quien uno se encuentra en la vida.

Vaya este homenaje al Señor Doctor Adrián Sapetti, con el recuerdo de su persona, con el orgullo de haberlo tratado y con esa tristeza de saber que no está. Ese posible libro empezaba con estas palabras que creo que calzan justo

 

Para los que desean, porque se mueven

Para los que gozan, porque entregan

Para los que se relacionan, porque aprenden

Para los que aman, porque trascienden

 

 

Y… para aquellas, que saben y que sé

 

San miguel de Tucumán, 17/9/2023, dia del profesor

 

Dr. Francisco Viola, un colega

Presentación del Dr. Adrian Sapetti

 

“Y así comprendí que, en realidad, nos habían dado el pecho no sólo para alimentarnos, sino también para aliviar los temores de la infancia."

 

Philip Roth

 

“Perseo usaba un gorro mágico de modo que los monstruos que cazaba no pudiesen verlo. Nosotros bajamos ese gorro mágico sobre nuestros propios ojos y oídos a fin de negar que haya monstruos".

 

Karl Marx

 

Fue durante un Congreso de Sexología en Cuzco, Perú. El soroche (apunamiento) había hecho trizas conmigo y no pude estar en la presidencia de una mesa. Hasta que me dieron oxígeno y parecí revivir. Entonces fui a dar una presentación, sobre un tema sexual, cuya sala correspondiente estaba… ¡¡dentro de una Capilla!! El coordinador era Francisco Viola. Y debo reconocer que yo me sentía incómodo e inhibido de tener que hablar de lo positivo del sexo en una iglesia, mientras imaginaba que los Santos, desde las paredes, nos miraban azorados. Con Francisco hubo una rápida empatía.

 

Muchas veces me dicen: ¡otro libro de sexualidad! ¡Basta con la educación sexual! Entonces me remonto a un tiempo lejano de mi vida. El recuerdo que se me impone es un diálogo con mi padre, siendo yo muy niño. Fue más o menos con estas palabras que la distancia y los años pueden haber distorsionado:

 

Adrián niño: -¿papá, qué es el ombligo, para qué sirve?

Mi padre: -es un lugar por donde respiramos cuando somos chicos.

 

A pesar que él había omitido, deformado o camuflado la situación, le creí al pie de la letra. Mi padre era el que sabía, el que me contaba los cuentos y me enseñaba los secretos de la vida.

Con los años creí descubrir qué cosa era el famoso ombligo y pensé que mi viejo no sabía nada o era un mentiroso, o las dos cosas. Luego no le pregunté nunca más. Después de todo: qué podía haberme contestado, si él casi tampoco sabía las respuestas.

Mi madre también dijo las suyas, no voy a contar en detalles sus relatos sobre la cigüeña, la sandía dentro de la panza, los peligros de la masturbación y otras mitologías sobre el misterio del sexo y la gestación.

Este libro de Francisco se da contra la sabiduría popular generadora de falsas creencias y describe los distintos tópicos –no sólo sexogenitales sino que nos habla de música y canciones, del amor y la intimidad, entre una exhaustiva lista de temas que no nos dejan indiferentes- con una claridad expositiva y contundencia teórica propias de un investigador tan sólido y riguroso como él es. ¡Lástima que no esté mi padre para leerlo!

Lejos quedaron los cuentos del ombligo y las noches en las esquinas del barrio donde contábamos grandes fábulas sexuales, donde soñábamos con subirles las polleras a las chicas de Colegiales, mientras escondíamos nuestras verdaderas prácticas eróticas -hoy llamadas autoestimulaciones- hechas furtivamente debajo de las sábanas y en los baños de nuestras casas, ante los pedidos reiterados de nuestros padres, mientras golpeaban la puerta y gritaban: “nene, salí… ¿estás poniendo el huevo?”.

Y luego empezamos con los viajes a San Fernando, a la isla Maciel en bote, algunos más pudientes a los prostíbulos uruguayos. O la llegada de una mujer paga con todo un grupo de muchachos que querían verle “la cara a dios”, en algún departamento desocupado que conseguía la barra. Las fotos de mujeres desnudas, las viejas películas pornográficas en blanco y negro, algunas sin sonido, proyectadas en una pared de alguna casa –imaginábamos más que veíamos- todos en grupo aprovechando la ausencia paterna.

Y vinieron las novias, el ruego desesperado: “te dejás”, los miedos de confesionarios, el pecado venial, las flaquezas y las tentaciones de la débil y atormentada carne; aunque habiendo leído a Oscar Wilde, bien sabíamos que la mejor manera de evitar la tentación era caer en ella, total ibas el domingo, te confesabas y salías puro de nuevo…

Nos fuimos recibiendo, mudando, casando, teniendo hijos… pero de sexo sabíamos poco…

Llegaron los golpes militares, etapa negra de nuestra historia, y con los muertos y desaparecidos, llegaron las prohibiciones y censuras: era lógico que prohibieran “El principito” (¡también a quién se le ocurría pensar que lo esencial era invisible para los ojos!), “La pimpinela escarlata”, “El misterio de la mascara roja”, “La roja insignia del coraje” (novela sobre la guerra de Secesión norteamericana), los Films que el censor de turno prohibía o cortaba según su perturbado criterio, las matemáticas modernas –con las subversivas teorías de los grupos y los conjuntos-, ¡el tango Cambalache!

He pensado muchas veces en la expresión de algunos de mis pacientes cuando profesoralmente yo les decía: ”porque la erección (alguno de ellos la llaman “erepción”), el coito.... el pene, el endotelio y la tumescencia, el ON y el orgasmo, la vulva y la fellatio...”, cuando ellos me estaban hablando de que “se me durmió el bicho... cada vez funciono peor o no puedo acabar por nada del mundo... el pibe no me responde....” y cosas por el estilo, tan gráficas y descriptivas.

¿Pero qué nos dice este libro de Francisco Viola?

  • ¿Entonces la infidelidad existió siempre?
  • ¿Que el orgasmo clitoridiano no es de frígidas?
  • ¿Que el tamaño no importa?
  • ¿Que el sexo no es pecado ni es malo?
  • ¿Que un transexual puede tener hijos?
  • ¿Que los inocentes niños tienen sexualidad?, “¡¡palabra engañosa en manos de sexólogos, psicólogos y educadores sexuales!!”, dice algún dinosaurio. “He leído por allí la palabra excitación…”
  • ¿Hablarles a nuestras jóvenes vírgenes de anticonceptivos? ¿Promoviendo un sexo no procreante, envuelto en los vahos azufrados de la tentación satánica?
  • ¿Qué la celotipia encubre un grado de violencia? (que lo digan si no el Rey Leontes y Otelo, ambos personajes de Shakespeare)…
  • Podría hacer una lista interminable de los temas, pero mejor... leerlos.

 

Decididamente este libro cuestiona la educación sacrosanta que nos dieron nuestros padres (de la familia, de la patria, de la iglesia). Nos hace saber que el sexo es placer, insinuando de una manera sutil y cristalina, que las creencias de nuestros mayores estaban por lo menos… ¿erradas?

Decididamente no lean este libro:

  • Los machistas
  • Los dinosaurios y retrógrados
  • Los que se las saben todas
  • Las ligas de madres de familia
  • Los de tradición, familia y propiedad
  • Los “cuidemos la mente de nuestros niños”
  • Los homofóbicos
  • Aquellos para los que “el sexo es malo, es pecado fuera de la ley del matrimonio”
  • Aquellos para los que “la educación sexual es promiscuidad, incita a los jóvenes y a los niños, ¡sí a los niños!, a un sexo desenfrenado y precoz”.

 En cambio, “Notas sexuales”, sí es para todos los otros, varones y mujeres de buena voluntad, con ansias de saber, de aprender y disfrutar del Eros, para aquellos que acuerdan con Walt Whitman –citado también por Francisco-: “Acaríciame, acaríciame con la palma de la mano cuando yo paso, no tengas miedo de mi cuerpo. Estas cosas no son sólo los poemas del cuerpo sino también del alma. Afirmo que son el alma”. A todos ellos, con esperanza y fe, con fervor y entusiasmo, les recomiendo el libro “Notas sexuales”, de Francisco Viola, que nos permite “poder bajar ese gorro mágico a fin de negar que haya monstruos”.

Por el placer de leerlo, de aprender junto a él, por el honor de escribir estas simples palabras, le agradezco al autor de todo corazón.

 

Dr. Adrián Sapetti, agosto de 2012

 

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