jueves, diciembre 07, 2006

Anécdota

El azar permitió que unos niños de abrigo llegasen a casa. Por supuesto fue un poco de fiesta. Unos galletas, una pelota, un poco de piscina, unas gaseosas. Detalles mínimos pero que son una maravilla para ellos. El tiempo pasaba y uno se daba cuenta que lo que estaba ofreciendo era poco, leído, como se suele hacer por nuestras incapacidades, por lo material que se estaba dando. Frente a ello, cuando iban a irse, atiné a buscar unos lápices que quedaron en algún sitio para brindar como un regalito final. Un detalle sin mucho más para mi. Los niños tomaron los lápices. Uno lo miro, lo aferró fuertemente y le dijo, a una de las maestras que les acompañaba, algo al oído. Luego me miró, me sonrió y siguió camino hacia la puerta. Yo encontré simpático el gesto de agradecimiento. La miré a la maestra con ese sentido, como haciéndola participe de ese “agradecimiento simbólico”. Ella se acercó y me trasmitió las palabras dichas al oído: “Yo vendía esos lápices en la calle”, luego agregó, por eso está en el abrigo, trabajaba en la calle.
Sólo atiné a mirarlo de nuevo y decirle que él merecía recibir ese regalo y nunca venderlos. El se quedó en silencio. ¿Cuál recuerdo se habrá colado en ese frágil lápiz? ¿Será sólo un lápiz o un trazo para escribir una nueva historia, mientras no venga alguien y la borré como si nada?
Esto que cuento puede ser sólo una pequeña anécdota. Pero creo que las pequeñas anécdotas siempre reflejan las cosas importantes que vivimos los seres humanos. Ese tejido de verdades, incertidumbres, miedos, recuerdos, sueños, deseos que somos los seres humanos se manifiestan “en carne y hueso” en el pequeño conjunto de historias mínimas que tejemos a lo largo de nuestras vidas. Si aprendemos a mirarlas, tal vez aprendemos un poco más sobre nosotros. Un aprendizaje que nos permitiría andar por este mundo con un poco más de ternura en los gestos, un poco más de humildad en los actos, un poco más de disposición en el espíritu. Quizás, lo que realmente hace falta para intentar salvar nuestro futuro.

Miércoles, 06 de Diciembre de 2006

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