jueves, mayo 01, 2025

Trabajar

 Una necesidad, un placer, una obligación, una entrega. En esa palabra que puede ser tantas cosas, tan diferentes. Hay un simbolismo inevitable: la capacidad humana de hacer algo y la dignidad como ambición impostergable. Cada cual sabe y, sobre todo, siente, como es su trabajo. Desde el pagado hasta el que se hace por rol o por imposición. Pero allí vamos los humanos, haciendo cosas con las manos, con la mente. Poniendo razón, sentimientos, voluntad, entusiasmo, aburrimiento o hasta desidia, en ocasiones. Pero haciéndolo. A veces, con la tristeza de la inequidad, otras veces con la alegría de los efectos. 

Pero se trabaja. Porque, el levantarse con la intención de buscar trabajo si no se tiene, procurar que cuando no hay trabajo buscar una solución para el día a día es también una forma de trabajar. 

Trabajar es tomar conciencia que formamos parte de la necesidad humana de hacer algo para que alguien reciba algo. Tal vez por ello la dignidad, aun cuando no sea reconocida, forma parte del ADN del trabajo. En esta verdad debería reposar todas las leyes, todas las intenciones políticas, todas las voces que digan algo sobre quien no puede hablar. Efectivamente, el trabajo debería ser la medida de la equidad, de la justicia, de la dignidad del inidividuo, en definitiva de la comunidad que construimos.

Somos humanos, trabajar forma parte de lo que puede hacer la diferencia. No estaría mal usar bien esa capacidad. Que nadie renuncie a esta utopía. Todos y todas nos las merecemos.

 

Francisco Viola. Elucubraciones nómadas (Inédito).

1-5-2025

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