viernes, diciembre 25, 2009

saramago y caín

Leo caín de saramago. Lo disfruto. Confieso. Me hace reír en ciertos pasajes la prosa del portugués. Creo que hay un dios que también lo hace, si existe. Algunos que se proclaman sus servidores, seguidores y representantes, seguramente no. Dentro de los acólitos del señor, sabemos, no siempre hubo buen humor. Pero de dios, siempre esperamos que tenga mejor humor. Por lo menos lo intuimos. Sino, ¿cómo creer en la misericordia? Esta, si pensamos un poquito, tiene que ver con el humor. Con esa expresión sencilla y humana de la felicidad en estado simple. El humor es como el orgasmo. Se lo consigue de tantas maneras, pero sólo produce placer, verdadero gozo cuando se comparte y se hace como una coreografía espontánea.
Si, me regocija la prosa del portugués. Sólo soy un lector y no muy bueno, así que no sé de estilo ni tengo certezas literarias. Pero me apasiona el manejo furibundo y poético de ese signo que, para mí, siempre me pareció un arma de doble filo: la coma. Me conmueve y me estimula el uso que hace de este signo. Como una prueba de malabarismo, que parece mágico pero sabemos tan trabajado. A esto, debo agregarle –aunque no tenga nada que ver con la literatura- que he sentido en sus declaraciones mi voz diciendo cosas. Si, no viene al caso cuando uno lee las opiniones pero, valga decirlo, uno ya tiene un placer primero cuando se siente hablar con quienes cree que el diálogo es posible. Esos diálogos condenados a puntos de consenso y que, por ello, símbolos inequívocos de buena humanidad.
Leo y pienso mientras desgranó la historia de caín contada por saramago: No hay herejías en la literatura. No las puede haber. Contar una historia siempre es una ficción que sale de una pluma y se construye con interpretaciones. Por ello, deleita, agrada, enriquece o lo contrario. Los que ven otra cosa, son miopes, estúpidos o simplemente unos hijos de puta -que todos entienden que ya no tiene que ver ni con "hijos" ni con "putas", sino con personas execrables-. Para los primeros, anteojos, para los segundos oídos sordos para los terceros: revolución intelectual ya.
viernes, 25 de diciembre de 2009

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