jueves, julio 18, 2013

Sobre artistas



El arte no inmuniza de la crueldad pero si crea una buena excusa. Pensaba el otro día. Es decir, hay una forma de parecer cualquier cosa. Si tomamos cualquier profesión podemos ver sus formas y “jugar a ser eso”. De forma seria. Aparentar. Parece que somos “the best” en esa profesión haciendo ciertas cosas, forzando los estereotipos. Porque todas las profesiones, actividades y demás tienen estereotipos. Sea de lenguaje, formas, vestimentas, rituales, palabras a utilizar. Estereotipos que, obviamente, se utilizan de verdad. Sin embargo que llevados a una suerte de pantomima se utilizan para parecer un poco más.
Por supuesto el aparentar no implica saber, conocer ni ser. Pero, en muchos casos y, sobre todo, cuando la urgencia no aparece, hasta funcionan. Una suerte de fraude “psico-socio-cultural. Gente que dice que hace, que habla un poco mucho –en ocasiones que calla las palabras y dice con los gestos estudiados, preparadas-, para parecer un poco mejor de eso.

Pero volvamos, en esta ocasión, al arte. Uno ve a algunos que según su apariencia son artistas, es más algunos de ellos son realmente artistas, hasta buenos. Sin embargo eso no impide que puedan unos tremendos hijos de puta. Poner la sensibilidad a beneficio del arte, producir, con ella, una obra de una calidad espectacular que refleje con total claridad el sentimiento de un conjunto de personas que sean capaz de llorar, reir o extasiarse ante esa obra no quita, bajo ningún punto de vista, que esa persona sea un verdadero y completo ser brutal, cruel y demás. Algo así como que Picasso afectará al mundo con su Guernica y todo lo que implicaba no quita para nada, que era un soberano hijo de puta con sus mujeres.

La cuestión que asociación existe entre ello? Y, por otro lado, lo más grave, ¿Cuántos llamados artistas utilizan el arte como excusa? Me explico, puede ser que ciertas personas que son verdaderos ignorantes emocionales en sus relaciones sólo logren, por una verdadera incapacidad, expresar su sensibilidad en su obra. Tienen una suerte de discapacidad enorme para no enfocar su sensibilidad que para otra cosa que para la producción artística. Otra cosa, es esas personas que utilizan discursos, formas, rituales y demás como una coartada para producir daño, discriminar, afectar, destruir al otro. Estas personas son las peligrosas. Generalmente, vale decirlo, son personas que saben manejar “el relato”, “las formas” y se aprovechan de la necesidad y fragilidad de sus víctimas.


Quizás valga enseñar un poco más de eso cuando hablemos de arte.


Entrada destacada

Deseos 2020

Este año es bisiesto. Como cada 4 años, dirán, pero esta vez lo noté. Un día más, un año diferente. Una ilusión de creer que lo excepcio...