jueves, diciembre 28, 2017

Deseos para el 2018

Año nuevo, viejos deseos pero renovados y, claro está, nuevos deseos también. Dados por escribir uno sabe que no dice todo pero sabe que vale la pena el intento. Me aclaro que esta lista no acota mi capacidad de deseo y que espero con ansias que a la vuelta de la esquina o en cualquier día, un nuevo deseo se sume.
 Deseo la compañía que te permite sentir que algo haces.  Es hermoso saber que el cariño es para todos, sin embargo, tener claro que hay besos y caricias que tienen nombre y que se acumulan mientras no los das. Porque dar cariño es un arte que tiene la esencia de lo compartido y el valor de reconocer un ADN particular.
Deseo el sexo, porque sé que el sexo es una de las formas de encuentro y de placer que nos produce la dicha de sabernos vivos y universales. El sexo no es solo eso, sino compartir la intención de descubrir nuevamente lo que ya hicimos y, tal vez, descubrir que en eso aún hay nuevos senderos. Es desear con la intención de ofrecer, ofrecer con la intención de entregarse y entregarse con la intención de estar. Deseo disfrutar más del deseo, orgasmear y lo que más implica eso que es ofrecerlo. Deseo la magia de intentarlo en la intimidad compartida siempre.
Deseo mantener la intención de viajar. Aprendí que viajar depende del dinero pero, que sin la intención de hacerlo sólo es una forma de acumular lugares en un álbum. Viajar es dejarse sorprender por lo diferente, renovar el disfrutar lo que ya conocemos y permitirse la aventura del encuentro. Es pensar en tu historia y en la historia y, con ello, reconocer que todo día es parte de un viaje. Con todo, valga decir, deseo que este año haya un viaje de esos que llamamos a un lugar exótico, otro a aquella ciudad que sé que volveré, a aquel lugar donde la naturaleza te brinda la calma y aquel donde la historia y el arte de muestran que la humanidad aún puede.
Deseo estudio, porque estudiar implica estar vivos, curiosos, interesados, motivados y con ganas de lo nuevo. Estudiar implica leer y leer es siempre una forma de intentar ver el mundo de otro modo y, a veces, con suerte, lograr hacerlo y al hacerlo darnos cuenta que la diversidad es un motor y jamás lastre.
Deseo diversidad para mí y para todos. Diversidad de colores, de sabores, de experiencias, de personas, de relaciones. Animarse a la experiencia humana real y sensible que está fundada por la diversidad total. Para ello comprender que no hay actitud más inhumana que negarla.
Deseo que no tengamos violencia y sé que es solo una expresión de deseo que no se conseguirá. Por ello deseo aún más que seamos más voces, más actitudes, más compromiso para evitarla y para protegernos a todos de ella. Que seamos capaces de hacer que las victimas nunca se sientan más víctimas con nosotros. Y ojalá, cuando seamos victimas alguien nos pueda dar la compañía para sentirnos mejor y recuperar lo que hayan querido arrebatarnos.
Deseo, por eso y por todo, que tengan educación sexual todos y todas siempre. Lo digo porque estoy convencido que esa educación es la calve para el presente, para el futuro y para todo. El camino de la felicidad pasa directamente por allí.
Deseo que la niñez de mi hijo se extienda todo lo necesario y que luego sepa conservar su manto de infancia permanente aunque, inexorablemente, se haga un poco más adulto todos los días. Ojalá, entonces, que yo redescubra la mía cada día, así, siempre tenga el juego, la sorpresa, la ingenua capacidad de encontrarse, la maravilla de la curiosidad que inhibe el orgullo sin sentido, la mágica sensación de dejarse sorprender con los detalles que algunos llaman “tonterías” jamás me abandone.
Deseo que uno pueda cumplir su trabajo y con ello sea retribuido de una forma justa pero también que al hacerlo uno encuentra la dicha de concretarlo, y la energía de renovarse. Que alguna vez alguien pueda llamarte maestro, o “Captain, my captain” y que ello no sea razón de soberbia, sino de esa simple vivencia de querer hacerlo un poco mejor.
Deseo que mis amigos y amigas mantengan la dicha del encuentro a pesar de mis formas y modales. Que sigan comprendiendo que no es cuestión de entender sino de hacer que el encuentro sea siempre un momento donde seguimos permitiendo el lujo de ser sin ser juzgados.
Deseo que el arte no me sea esquivo y que pueda permitirme la riqueza de poder disfrutarlo y compartirlo. Que sin arte estamos muertos, aunque uno sea limitado en ello. Porque el arte nos permite la sensibilidad de la humanidad toda.
Deseo que el baile no se interrumpa, aun cuando falte música. Bailar como si te viesen y disfrutarlo. Que nada inhiba el deseo de ser feliz y de expresarse, jamás. Quizás, así puedas generarlo en los demás. La felicidad, lo sepamos, puede ser contagiosa. Así que deseo humor, del que me hace reír, aunque no le guste a todo el mundo. Pero que todo el mundo sepa reír de lo que sea. Que el humor no nos falte para que así también haya más amor. Porque aunque no lo sepan hay una relación muy estrecha entre ellos.
Deseo que la lectura me acompañe nuevamente. Leer es escuchar cosas que conocemos, tantas veces, de un modo nuevo, como también descubrir que no conocemos casi nada y que todo se puede conocer y, es importante decirlo, es creer que imaginar es más que soñar, es construir senderos que alguien los recorrerá alguna vez. Deseo que aún pueda escribir, aunque sea repetitivo pero no ceder en la tentativa de buscar una forma de decir lo mismo de otro modo.
Deseo que mi familia sea feliz y que cada uno encuentre en sus quehaceres las razones para ello pero también que quieran compartirlo un poco más porque en definitiva ser familia es inevitable pero construirla es una decisión.
Deseo poder dar gracias porque las gracias es el único modo válido de agradecer lo que no tiene precio y que termina siendo lo que nos importa recibir: ternura, cariño, compañía, consejo, escucha, amor, alegría, amistad, respeto, interés, entre otras cosas.

Así que este 2018 sea una balance excelente entre lo que debemos dejar atrás, lo que nos va a llegar y lo mejor que siempre tenemos y disfrutemos. Vamos, comienza el año, no lo desperdiciemos y le saquemos jugo. Los demás también cuentan con nosotros.

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