lunes, junio 04, 2012

Viaje e imaginación




Ver fotos de viaje de otros, algunas veces, nos hace imaginar. Imaginamos en función de algo vivido, de algo pensado, de algo leído o, simplemente, nos imaginamos combinando imposibles a ver que sale. Imaginamos compartir esa escena o pensar las veces, si tuvimos la suerte, de haber pasado por ello de algún modo. Imaginamos como realidad antigua o futura o deliramos como opción de pensar en algo que sabemos imaginario. Saboreamos o lamentamos, también, lo hecho o no hecho.
En ese proceso, imaginamos. Imaginar siempre es crear. Crear implica combinar las cosas que disponemos de una forma que para nosotros es nueva. No necesariamente para los demás. Pero imaginar siempre es pensar en lo que no existe aunque podamos imaginar algo que puede ser concretamente real. La imaginación tiene que ver con lo no tangible. La imaginación tiene que ver con todo eso que está incluido en el abanico que va desde las utopías morales hasta la más mínima detalle tangible. No imaginamos algo por será verdad –aunque puede ser que lo deseemos-, ni imaginamos porque nunca podrá ser verdad –aunque podamos imaginar seres imaginarios imposibles de existencia. Sólo imaginamos, insisto, lo que no existe en nuestro aquí y ahora. Luego, en ocasiones, intentaremos darle forma, siempre con lo materiales que contamos o que podemos contar.  
La verdad que imaginar es una de las formas más humanas que tenemos de abrir senderos para poder experimentar las sensaciones que deparan los encuentros y las cosas. En ese proceso, quizás, seamos capaces de hacer realidad los sueños que pudimos imaginar.
Hace tiempo John Lennon escribió Imagine, hace un poco más de tiempo, Martin Luther King pronunció el célebre “I have a dream” y así podemos procurar recordar tantas personas que imaginaron algo que no pasaba pero creyeron, a pesar de todo, que era posible. Imaginar es crear, aunque sean ideas. Tal vez, sólo tal vez, eso pueda hacer que se transformen en acciones que, quizás, puedan hacer que eso que imaginamos sea algo que se transforme en realidad.
Viajar nos puede incentivar la imaginación sin más. Pero también, eso seguro, nos puede aportar herramientas para hacer las acciones que somos capaces de imaginar; nos puede, también, ayudar a ver en perspectiva las posibilidades e imposibilidades de lo que imaginamos y, sobre todo, nos puede permitir los encuentros vitales que hacen que lo que imaginamos lo queramos hacer realidad. 
Por eso, celebro a los que viajan. Ojala sea una forma de hacer que lo que siempre imaginaron sea una próxima realidad.

Entrada destacada

Deseos 2020

Este año es bisiesto. Como cada 4 años, dirán, pero esta vez lo noté. Un día más, un año diferente. Una ilusión de creer que lo excepcio...