lunes, diciembre 16, 2013

Reciprocidad


Nos encanta la palabra. Nos produce un alivio de humanidad. Pensar que hay una justicia que existe. Uno da y uno recibe. Así de simple lo creemos. Reciprocidad ofrecemos y recibimos. Las cuentas dan un balance equilibrado. La reciprocidad nos gusta y nos enaltece. Sin embargo, ella, no es simple, aunque sea mágicamente sencilla hacerla.


Veamos,  para pensarla, una pequeña guía: en primer lugar debemos saber ¿qué ofrecemos al otro? ¿De qué está hecho lo que damos? No estoy hablando de lo material, sino del “material” que ponemos en ello. ¿Qué valor le damos a lo que damos? ¿Cuánta felicidad/sacrificio nos produce? ¿Qué sentido tiene para nosotros el hacerlo? Luego, la segunda pregunta, ¿qué valor tiene para quien lo recibe? ¿Cuán necesario es lo que esa persona recibe de nosotros? Es decir, ¿Cuánta felicidad agregamos a ella o cuánta necesidad colmamos?
De allí, luego, tal vez, deberíamos pensar si la reciprocidad la entendemos como un acto que sólo se da entre dos personas o es el mundo mismo el que interviene. Me explico, si esperamos reciprocidad de tal o tal persona porque le dimos algo o creemos que lo dado, en algún momento, en algún lugar, por intermedio de quien sabe quién, nos volverá de otro modo pero siempre eficaz para nuestra necesidad, esencial para nuestra felicidad.
Si pensamos en términos de una persona, el “azar” debería ser reducido al mínimo. Deberíamos ser asertivos para poder explicar, decir, comunicar, significar nuestras necesidades y nuestros pedidos. Procurar ser sinceros, concretos y claros sobre lo que deseamos y ansiamos. Pero siempre permitiéndonos el asombro de la creatividad y el diverso andar de la imaginación. Permitirnos renovar significados a partir de lo que un “otro” nos ofrece.

Si pensamos en términos del universo, la reciprocidad sigue siendo la apuesta segura para salvar nuestra humanidad. Una apuesta a la esperanza y al hecho simple de saber que siempre encontraremos un ser humano para ofrecer algo y que siempre, alguien será capaz de ofrecernos eso que buscamos.

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