jueves, mayo 22, 2014

Sueños

En portugués tienen dos palabras para nuestro sueño:  Sono e sonho. La primera la utlizan para el dormir y esa sensación tan especial que tenemos, en ocasiones, cuando nos despertamos temprano  (por más que Dios ayude). La segunda la reservan para los sueños en el sentido de imaginar cosas que esperamos, deseamos y queremos conseguir, a pesar de lo difícil (I´ve a dream, de Martin Luther King, aquello que tantas veces son las utopías que nos hacen avanzar).
En varias ocasiones ambos sueños son la síntesis de una suerte de felicidad. Pienso, por ejemplo, en los cumpleaños y en los nacimientos. En esas ocasiones que cuesta conciliar el sueño y, sin embargo, no es la angustia ni la preocupación la que nos impide sino el poder sentir que el momento es tan especial que bien merece la pena eludir el “sono” para dar tiempo al “sueño”.
La vida misma incluye todo lo que nos pasa. Incluye la vigilia y ese “sono” necesario y reparador –OJALÁ-. También incluye los “sueños” como imagen, deseo, motivo y fuerza para que la contraparte de esos sueños, el día a día donde se ejecutan de la manera que se pueda. Algo así como “a Dios rogando y al mazo dando”.

Por ello, ojalá todos podamos conciliar el sono para que las fuerzas no falten para nuestros sonhos. Así, todo cumpleaños –o lo que fuera- y, sobre todo, todo nacimiento, sea la mágica conjunción de la esperanza real de una felicidad que nunca debe terminar y siempre ser trabajada y compartida.

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