domingo, marzo 22, 2020

Pandemia


Real. No de ficción. Pero, en la mayoría, aún sin que toque nuestra puerta. Cerramos la puerta y está allí afuera. Esperamos, con el sentido exacto de esperanza. Esa que va contra la probabilidad, porque se basa en el deseo que algo pase contra la lógica real y si con la lógica de lo que queremos. Esperanza que como nunca construimos con ese poco de nada que tenemos y que es tanto: nuestros deseos mezclados con el recuerdo de lo mejor y la promesa de aún ser mejores. En medio de ello estamos, con nada, a veces aislados, solos pero comunicados, otras, solos de estar solos.
Así estamos, haciendo lo que se puede, pensando lo mejor que nos sale y creyendo en lo que sea que ya vendrán mejores épocas. 
En eso, el WhatsApp omnipresente pero no ocupando todo, porque el todo lo ocupa la preocupación por esas personas que sólo queremos que estén bien; lo ocupa nuestras propias carencias, necesidades, proyectos o lo que fuera. Pero el WhatsApp está allí, mostrando aspectos de los demás. Sobre todo, en grupos, donde se exhibe lo que hay, en ocasiones, varias, muestran detalles donde leer un poco entrelineas lo que les pasa en la cabeza y en el comportamiento.
Cuanto todo esto termine, alguna normalidad volverá. Pero ¿Cuál? Es una pregunta. ¿Seguiremos viendo iguales al otro? ¿Demoraremos poco en intentar que nada paso? ¿Qué cicatriz nos quedará de aquellos que mostraron su violencia en las redes, su desatino, sus miedos?
Pero, sobre todo, quiero pensar, ¿Qué efecto nos producirá todo lo que nos estamos privando?: esos abrazos, esas caricias, ese sentir que no puede hacerse piel, esa ausencia, esta soledad. 
¿Cuándo todo pase, volveremos a olvidarnos que somos seres que precisamos al otro? Nuevamente trataremos de eludir una máxima que sale con obsesión: el cariño se lo muestra, se lo ofrece, se lo da, se lo recibe, se lo busca, se lo pide, se lo entrega. El cariño nos hace ser humanos.
Si no lo creemos así no podrá ser realidad cuando la pandemia sea ayer. Por ello, aprovecha y haz tu lista de todo lo que quieres hacer con alguien. Cosas simples, cosas cotidianas, cosas que sólo merecen lo que hoy tenemos y aquello que no podemos hacer: tiempo y cercanía.

2 comentarios:

  1. me encantó este spot. Real, no de ficción, con ingredientes de esperanzas que se agujerean como un colador poco grueso. Creo -por lo global- que este momento historico es demasiado único. Parece un cumpleaños infantil donde el nuevo año será siempre mejor. Esta reclusión obligada que despega pieles y contactos físicos , que para algunos los obliga a una interacción intensa con otros y para algunos otros los transporta a una dimensión desconocida, ser autosuficientes en casi todo y con los recursos escasos de preparación para este periodo de navegación " en la tierra". me parece importante escribir, comunicar, dar, expresar ideas. Eso nos transporta . como dice Juarroz mi poeta preferido " Una red de mirada
    mantiene unido al mundo,
    no le deja caerse.
    Y aunque yo no sepa qué pasa con los ciegos,
    mis ojos van a apoyarse en una espalda
    que puede ser de dios.
    Sin embargo,
    ellos buscan otra red, otro hilo,
    que anda cerrando ojos con un traje prestado
    y descuelga una lluvia ya sin suelo ni cielo.
    Mis ojos buscan eso
    que nos hace sacarnos los zapatos
    para ver si hay algo más sosteniéndonos debajo
    o inventar un pájaro
    para averiguar si existe el aire
    o crear un mundo
    para saber si hay dios
    o ponernos el sombrero
    para comprobar que existimos."
    Gracias por comunicar en circunstancias precisas

    ResponderBorrar
  2. Apostemos entonces por el amor. Apostemos por el amor en todas sus facetas, el amor por el prójimo, por el amante, por el amigo.

    ResponderBorrar

Entrada destacada

Deseos 2020

Este año es bisiesto. Como cada 4 años, dirán, pero esta vez lo noté. Un día más, un año diferente. Una ilusión de creer que lo excepcio...