lunes, abril 27, 2020

Paradojas de la sexualidad


Esta pandemia ha puesto más en evidencia lo que llamaría la triple paradoja de la sexualidad. Las veamos:

1-      Paradoja de la totalidad, pero de la parte: La sexualidad lo decimos desde siempre es la complejidad del ser humano en todos sus esferas, componentes y actividades, sin embargo, la reducimos en el cotidiano a la función sexual. La vida sexual como actividad de búsqueda del placer y de manifestación del deseo es donde se conjuga ese universo de la persona.
2-      Paradoja del infinito potencial, pero del real acotado: Hace un tiempo que digo que la humanidad es capaz de un infinito universo de actividades en la sexualidad, sin embargo, uno, tiene límites. Es decir, todo es posible para la humanidad, pero no todo es posible para mí. Por elección, por salud, por equilibrio, por momento, por lo que fuera. Reconocer eso nos ayuda a dos cosas: estar en la zona donde más disfrutamos y darnos el lujo y la libertad de avanzar a otras zonas cuando queramos.
3-      Paradoja de abanico posible. pero del centro buscado: las recomendaciones sobre la práctica sexual en esta pandemia han puesto en evidencia que lo coital ocupa un lugar bastante central aun cuando abrimos el abanico. Como si todo debería conducir directa o indirectamente a ello, en algún momento de la secuencia. No creo que sea así, pero apareció con más fuerza y evidencia en esta realidad.
Frente a estas paradojas, quizás convenga recordar que la vida sexual plena se establece a través de una tríada insoslayable: a- el autoconocimiento: cuanto más conozco mis propios senderos del placer, del deseo y de mis límites más puedo descubrir, ampliar y disfrutar; b- el consentimiento: la capacidad de poder avanzar sabiendo que es mi libertad la que decide por donde, hasta cuándo, cómo y qué es lo que deseo hacer. En este sentido nadie tiene la potestad real para decidir por mí. 3- La comunicación: la capacidad exclusivamente humana que tenemos con la claridad que dispongamos de decir lo que deseamos, de fijar nuestros límites y de pedir. La comunicación no es lo sólo lo que hace que la sexualidad sea sólo humana, sino la que permite que el placer sea potencialmente infinito para todo ser humano.
Como verán, el trípode de la sexualidad plena – o sea con una salud sexual completa y enriquecedora- se genera con una clave que no debemos olvidar jamás: una educación sexual integral. He allí un norte, una ambición, un deseo, un plan.

1 comentario:

  1. interesantes tus reflexiones paradojales . hace bien para pensarlas

    ResponderBorrar

Entrada destacada

Deseos 2020

Este año es bisiesto. Como cada 4 años, dirán, pero esta vez lo noté. Un día más, un año diferente. Una ilusión de creer que lo excepcio...