viernes, septiembre 22, 2006

La incoherencia cotidiana

A los seres humanos nos resulta difícil ser coherentes permanentemente. Nos cuesta realmente. Frente a esta dificultad decidimos simplificar las cosas. Así zanjamos la cuestión con una técnica infalible: continuar siendo incoherentes pero llamarla de coherencia. Sin dudas es más fácil. No cambiamos ni hábitos, ni pensamientos, ni realidades, únicamente cambiamos palabras y se terminó el problema. Una técnica curiosa que es cada vez más utilizada, aunque no sea nueva. En función de esto, solamente importa es tener el poder del rotulador y con eso se acabaron los otros problemas.
Así, por ejemplo, el alcohólico únicamente necesita ser capaz de llamar a su situación con otro nombre, digamos bebedor social, para dejar de ser un alcohólico que son los otros. Esto que parece patético cuando lo exponemos crudamente es, en realidad, un principio que sirve para todas las instancias sociales, desde las familiares y cotidianas hasta las gubernamentales y especiales. Lo que llama la atención es que, en general, todos somos capaces de hacer eso en menor o mayor grado como que también somos capaces, al mismo tiempo, de negarlo rotundamente. A veces pienso que este tipo de actitud es tan humana que puede ser innata al ser humano y eso desespera, porque únicamente nos queda, para contrarrestar esa terrible realidad, un ideal soñado, ya bastante descolorido.
Mantener la coherencia es difícil sobre todo cuando se debe unificar tres manifestaciones: el acto, la palabra y el discurso. Mantener una unidad racional entre estas tres cosas es lo que dificulta, muchas veces conservar la coherencia. Aclaremos estas tres manifestaciones: el acto es acción, la palabra es la comunicación interpersonal y el discurso es una toma de posición pública. En un ejemplo podemos comprender más la distinción:
-discurso: Tenemos que estar en contra de todo tipo de violencia contra la mujer, sin excepción
- palabra: bueno comprende, el esta muy nervioso y por eso reacciona así. El no es violento, ahora tiene esas reacciones
- acción: Mejor espero, no vale la pena hacer la denuncia ahora.
Si palabra, discurso y acción son tres cosas que sólo se unifican con el uso de la primera como soporte de la coherencia. Lo terrible es que los seres humanos somos tremendamente duros cuando esa incoherencia que no tenemos la encontramos en los demás. Allí somos impiadosos. Mientras que en otros casos somos inocentemente permisivos.
Un futuro no muy promisorio nos espera según esta lectura. Efectivamente, tenemos una humanidad repleta de falsos amigos y de inocentes enemigos. Esto es la consecuencia de nuestra incoherencia. Pero no lo evitamos, simplemente seguimos camino sobre nuestra incoherencia. Así, a los primeros los disculpamos aún en sus flagrantes incoherencias de todo tipo y a los segundo castigamos hasta la destrucción por sus deslices.
Después de eso, nos preguntamos inocentemente, ¿adonde va el mundo? Pues vamos sabiéndolo, va adonde lo estamos dirigiendo.

Miércoles, 20 de Septiembre de 2006

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Entrada destacada

Deseos 2020

Este año es bisiesto. Como cada 4 años, dirán, pero esta vez lo noté. Un día más, un año diferente. Una ilusión de creer que lo excepcio...