viernes, septiembre 19, 2014

Historias



Todos tenemos historias. Cosas que nos han pasado, que hemos vivido en este andar por donde andamos. Algunas de ellas son bellas otras, tal vez, no tanto. Si lo pensamos, aún en esta época de redes sociales, las historias las vivimos como podemos y las contamos como la sentimos o como queremos. Detrás de todo ello siempre están las personas que la han vivido y que, en ocasiones, hasta pueden compartir lo vivido de la misma manera. Sin embargo, cada uno es su propio biógrafo. Cada uno sabe bien qué cosas incluye en sus historias, cuales calla, cuales son una constante, cuales evitamos siempre. Pero, la mayoría de las veces no somos nuestros mejores intérpretes ya que es inevitable que no siempre seamos justos con nosotros mismos. 
Exageramos, minimizamos, deformamos, pimentamos y otras cosas sobre lo vivido. De alguna manera nos permitimos el lujo de intentar la felicidad que siempre uno espera que sea una ambición. Pero más allá de todo, de cada cosa, de cada historia, de la forma de contarlo o de decirlo, detrás hay una certeza: somos los protagonistas y con ello, nuestros pequeños o grandes miedos, nuestros diversos errores, nuestras inseguridades, nuestras preocupaciones y, también, lo contrario: la inevitable tentación de creernos dioses, la infalible convicción de aspirar a ser felices, la inocultable certeza de acertar, aunque sea algunas veces y el deseo, contenible o irrefrenable, de necesitar al otro para poder sentirnos más humanos.

Si, tenemos historias que no terminan porque somos nómades en esta vida. ¡Celebremos esto!

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