viernes, diciembre 26, 2014

Frases

Los grandes escritores tienen la magia de utilizar las palabras para dar el golpe certero. Así uno se encuentra cada tanto con esa cita –que tantas veces no sabe ni sabrá en que libro fueron escritas-  que hacen que parezca que la claridad esta allí. Con pocas palabras y en una línea se transforman en la voz exacta de lo que uno anda rumiando en delirios infumables. Como si ellos, con la sabiduría del andar fuesen capaces de sintetizar un universo y así iluminar sobre lo incomprensible que nos parece algo. Un verso que nos despierta, una imagen que nos permite soñar despiertos o esas frases que tiene el peso de lo cotidiano o de la verdad revelada sobre lo que nos inquieta. Esta perorata –que prueba que no soy de esos escritores- surge por una frase de Mark Twain que me llego por algún lado: "es más fácil engañar a la gente, que convencerla que han sido engañadas”.

En esta época donde uno ve que se deambula entre aciertos y errores, entre denuncias permanente y defensas con diatribas, esta frase impacta porque nos sumerge en un hecho contundente: estamos inmersos tanto en lo cotidiano, tantas veces, que no somos capaces permitirnos uno de los lujos que tiene la humanidad, el de poder equivocarse y ser capaces de aprender del error y hasta de reconocerlo. Si uno lo hace, tal vez, Dios y la patria se lo agradecerán y sino, simplemente aquel, el que importa, el que está al lado, el que está creciendo, el que está por venir.

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