viernes, diciembre 30, 2016

Deseos para este fin de año y lo que sigue





Uno anda deseando cosas todo el tiempo, o debería. Lo hace de muchas maneras. Algunas veces las dice. Otras se las guarda y las deseas con más intensidad. Desear es uno de los verbos más activos que tenemos. 
No sólo habla de pensar, sino de imaginar. No solo habla de hacer sino de proyectar. 
No solo habla de intentar sino de buscar. 
No sólo habla de esfuerzo sino de placer. 
No sólo habla de uno, sino del otro.
Lo sabemos, el deseo motoriza la acción, moviliza el espíritu y nos permite una libertad de inhibiciones. Aunque seamos justos, también lo contrario, paraliza, nos limita, nos afecta, nos inquieta.

Pero bueno, sea como sea, pensemos los deseos como viene bien a la época. O sea, en positivo. ¿Qué deseamos para este año que comienza? Casi siempre se reduce a tres o cuatro cosas: paz, salud, dinero y amor. Con esos grandes títulos incluimos la vida misma. 
La paz que nace de la serenidad del espíritu ante las inclemencias inevitables que nos depara el andar por la vida. Como ven hablo de simplemente que se apacigüen esas guerras que tantas veces nos metemos o nos metieron en otra época; la salud que conlleva el equilibrio que nos vendría bien tener para que nuestro cuerpo sólo sufra lo que nuestra mente soporte plácidamente y que no nos impide la satisfacción del cotidiano en nuestro medio. Pueden ver que la salud no es solo no tener enfermedad (ojala quien corresponda nos evite ese camino) sino poder disfrutar las cosas cotidianas de un modo que no nos pese nada. Y, si es posible que mucho más. 
El dinero nos permite lujos que no debiera ser tanto para todos, que son aquellos que surgen del cotidiano que nos tranquiliza y nos facilita romper la rutina. Como ven no hablo del dinero obsceno sino del suficiente.  
El amor y otras pasiones. Esto ya es absolutamente enorme y completamente necesario. Hablo de besos, de caricias, de encuentros, de orgasmos, de afectos, de compañía, de “te perdono, te quiero, te agradezco, te amo” (bah…es más simple decir Ho’oponopono, para quienes lo entienden.). Habla de risas compartidas y de lágrimas acompañadas. Habla de la vida, de momentos saludables, de vínculos riquísimos. Habla de pasado, de presente, de futuro. Pues bien, deseemos para uno todo esto sin sentirnos egoístas y nos comprometamos con ese deseo. Quizás, allí esté la posibilidad cierta de hacer que todos podamos construir juntos un año lleno de paz, salud, dinero y amor para todos y todas.

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